ᴇɴғʀᴇɴᴛᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ

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-Bueno, solo un poco- respondió la enfermera metiéndose a la plática, ganándose una mirada severa de la pelirosa -Estoy bromeando- se disculpó de inmediato, estaba abusando solo un poco de la situación de su jefa.

El ambiente en aquella habitación se aligero por completo y la rutina continuo Hinata volvió a pegarse a la ventana, admirando cada pequeño detalle de su amada Aldea, se tomó el pecho sintiéndose completamente feliz por tener la oportunidad de estar viva, además de estar agradecida por el gran esfuerzo del nuevo Hokage.

Giro un poco hacia su izquierda, justo donde el departamento del rubio se encontraba, todo parecía normal así que decidió descansar un poco recién había despertado y según las propias palabras de Sakura no debía sobrepasarse. Antes de girar por completo sus perlas atraparon en el aire una cabellera rubia, dorada como el sol y la felicidad por verlo invadió su corazón, pero de inmediato ese hermoso sentimiento fue sustituido por lo último que recordaba con exactitud... El hecho de habérsele confesado a Naruto en medio de su desesperación e inevitable muerte.

-Hinata-chan- la dulce voz de Sakura era lo único que lograba confortarla en aquella situación -Te estas poniendo realmente roja -la rosada chica se levantó de su cama, evitando a toda costa a la enfermera que estaba tomándole el pulso.

-Estoy bien descuida- la chica se disculpó de la enferma - te aseguro que me encuentro bien, pronto seré médico, aunque sigo batallando un poco - la enfermera sonrió de manera nerviosa, pues no sabía que contestarle a la mujer que era su jefa, así que solo asintió y salió de la habitación arrastrando sus pertenencias -Puedes llamar a Lady Tsunade-

La chica asintió, aunque bastante nerviosa pues Lady Tsunade, ya no vivía más en la Aldea de nuevo había tomado sus pocas pertenencias a buscar según ella su propia felicidad, así que al final tendría que ingeniárselas para que ninguna de las dos terminara por sospechar su situación.

- Debería de llamar a un médico para que te revise quizás tengas un poco de fiebre- la pelirosa obligo a su amiga a recostarse en la cama, mientras la cobijaba tiernamente.

- Señor, aguarde...Señor- ambas chicas se miraron por un momento.

-Debe ser uno de esos que no soportan ver su propia sangre- Ambas rieron al par, pues para ser una Aldea en su mayoría habitada por Shinobis era común verlos huir o lloriquear antes de recibir una simple inyección, a veces Sakura se veía forzada a amenazarlos o atarlos, haciendo que se preguntara constantemente como era posible que estuvieran capacitados para matar a sangre fría pero no pudieran soportar una simple rutina medica - Kakashi...Hokage-sama, suele ser bastante difícil de persuadir, la última vez tuvimos que pedirle a Shikamaru que lo atrapase y todo por una simple rutina medica-

- Lo recuerdo, acabo en el hospital pues la paciencia de Tsunade-sama había terminado- Hinata recordó vagamente, pues su mente aun tenia presente la visión del rubio.

-Hazte un lado- la áspera voz del Uchiha causo un sobresalto en el cuerpo de Sakura, quien de inmediato se puso de pie, con la mirada anhelante llena de emoción.

- Sasu...ke-kun- susurro bajando la mirada apenada.

Hinata le sonrió amablemente a su amiga quien parecía estar dispuesta a romper la puerta si volvían a negarle la entrada a Sasuke, la mirada que desprendía la pelirosa estaba cargada de amor, uno que aún no había sido correspondido del todo.

- Teme, no compliques las cosas- a continuación la voz del rubio logro paralizarla por completo, pero supuso que al estar en la misma habitación de Sakura era solo una simple casualidad, así que solo atino a desviar la mirada.

- Tssssh- expreso el Uchiha logrando que las pocas valientes enfermeras se hicieran a un lado de inmediato. Naruto bajo los brazos derrotado verlo en ese estado era algo habitual, pero incluso el quien solía ser realmente despistado comprendía que su amigo, estaba siendo invadido por una desesperación infernal -No sé lo que harás tu- soltó sin mirarlo -Pero, yo no soporto la espera- Bastante incrédulo el rubio suspiro cansado, jamás se imaginó que el amor que decía tener por Hinata fuera así de irreal.

-Siempre detrás- agrego, admiraba la determinación del moreno.

Sasuke giro la perilla, la se abrió con un simple empujón y fue evidente la amarga expresión del Uchiha al ver a la pelirosa delante suyo, pues se quedó parado negándole el acceso al rubio.

-Sasuke-kun?- la chica restregó fuertemente sus ojos, dudo un instante del hombre delante, su estatura era exagerada, la sobrepasaba por lo menos unos 25 cm, además se preguntaba donde había sacado esa ropa decente, pues no hace mucho habían tenido una fuerte discusión por aquella ropa que gritaba a todas voces mírenme soy un Renegado, un estilo bastante seductor que lograba llamar la atención de todos en la Aldea, sin distinción de género.

-Hazte un lado Teme- como de costumbre el rubio parecía no enterarse de nada -Sakura-chan- chillo el rubio tomándola en sus brazos, mientras ella bastante perpleja intentaba de todas las maneras posibles zafarse -Oh, Sakura-chan en verdad, creí que jamás volvería a verte, desde hoy en adelante no tendrás permitido salir de la Aldea sin mi supervisión-

ᴅᴇ ɴᴜᴇᴠᴏ ¿16? | ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀWhere stories live. Discover now