—Tranquilo que yo también me he venido, amor —besó las mejillas rojizas de JiMin— Han sido tres semanas —recordó.

Tres dolorosas semanas, donde JiMin también había tenido pequeños problemas, pero como era orgulloso no hacía nada y se aguantaba el dolor.

Necesitaba a TaeHyung ahora, teniéndolo arriba de él, penetrándole fuera y dentro hasta que los dos quedarán saciados mutuamente.

Se besaron un rato más, dejando sus labios hinchados, rojos y brillosos por la saliva del otro, habían sido besos muy húmedos. Pero muy buenos besos.

—JiMin, ¿Quieres que te diga algo?

—¿Tiene que ser ahora?

—Te amo mucho, bebé. Se que no siempre te lo digo, pero eso no significa que no lo haga. Me gustas mucho. Todo de ti. Tus ojitos muy azules como los de nuestros bebés, tu sonrisita que deslumbra hasta en el lugar más oscuro.

JiMin negó la cabeza, sonriendo. Amaba cuando TaeHyung se ponía meloso. Con sus manos tomó las mejillas del mayor, dándole un gran beso en los labios.

—Te amo. Gracias —susurró cerca de los labios del otro, capturándolos al terminar la frase.

Ahora los papales cambiaron. JiMin estaba sobre TaeHyung besando su cuello. Bajó, besando su torso, llegando hasta el elástico del bóxer. Golpeteó suavemente las caderas de TaeHyung para que éste las alzara y le quitara la ropa interior. Una vez desnudo, JiMin acerca su cara al miembro de TaeHyung manchando por su anterior corrida.

Sacó la lengua pasándola por donde los rastros de semen se quedaron, disfrutando de la esencia de su esposo. El pene de TaeHyung se encontraba duro, y –ahora limpio– lleno de saliva de JiMin contra su estómago. El castaño besó el abdomen del rizado, sin tocar el miembro del mismo, haciéndolo sufrir por eso.

TaeHyung casi gritó cuando JiMin agarró su falo, apretando la base y usando su lengua para humedecer la cabeza. Metió todo en su boca hasta el fondo, follándose él mismo. Llevó sus manos hasta los testículos y los apretujó, causando que TaeHyung soltara roncos gruñidos desde lo más profundo de su garganta.

JiMin siguió chupando y a veces mordiendo juguetonamente. TaeHyung estaba por correrse nuevamente, un sentimiento muy conocido se acomodó en la parte baja de su estomago. Y gimiendo fuertemente se corrió dentro de la boquita de JiMin, quien lo aceptó, tragando todo con gusto. Se irguió y pasó la lengua por los restos que quedaron fuera de su boca. TaeHyung sintió su pene cobrando vida ante aquella imagen tan obscena.

Jaló a JiMin de los brazos y lo recostó en el colchón, besando sus labios, y es que no podía dejar de besarlos. Se sentía tan bien hacerlo. El ojiazul enredó sus dedos en la mata de rizos que tanto le gustaba, le gustaba su suavidad y lo sedoso que estaba, él creía que TaeHyung debería ganar un premio al mejor cabello, definitivamente.

Y TaeHyung hizo lo mismo que JiMin, retiró los bóxers, masturbó, chupó y besó el miembro de JiMin hasta hacerlo llegar. El menor chilló agudamente cuando sintió las tiras blancas abandonar su cuerpo. Se había sentido bastante bien.

—¿Quieres terminar? —preguntó TaeHyung, viendo a JiMin con las mejillas entomatadas y la frente bastante sudorosa.

JiMin con mucho trabajo artículo un "sí".

—Te voy a preparar —el de cabello rizado informó.

El castaño acomodó su cuerpo otra vez boca abajo, regalándole la vista de sus muslos gruesos y sus nalgas torneadas a TaeHyung. Con sus grandes manos apretó las mejillas de su trasero, buscó el bote de lubricante, cuando lo tuvo en las manos lo abrió. Untó en sus dedos una buena cantidad. Con su mano seca, abrió sus nalgas viendo el agujero de JiMin. Sus dedos chorreaban de aquella sustancia, así que dejó caer algunas gotas en su entrada.

JiMin sintió lo frío del líquido y jadeó, se sentía bien en su cuerpo caliente. Cuando menos los esperó, TaeHyung ya tenía dos deseos dentro de él cepillándole la próstata haciéndolo gemir en voz alta.

—Eso es, Cariño. Quiero escucharte.

Dijo TaeHyung, besando la espalda arqueada de JiMin. Puso el condón a lo largo de su falo, rodándolo lentamente, escuchando como JiMin se quejaba por sentirse vacío. Untó un poco más de lubricante en su pene para poder entrar.

Se alineó en él, entrando en una velocidad muy baja para JiMin. Entró por completo, esperando a que el castaño se acostumbrará a su gran tamaño, contó hasta 10 y salió por completo, volviendo a entrar de manera brusca, golpeando directamente en el punto de JiMin.

—¡TaeHyung! —gritó, apretando las almohadas de la cama.

El hombre de cabello rizado pegó su pecho caliente a la delicada espalda de JiMin, sintiendo como ésta vibrada cada vez que el castaño gruñía a la par de las penetraciones rápidas del alto. JiMin alzó la cabeza, recostándola en el hombro de TaeHyung. El mayor volteó su rostro, tomando los labios del otro en un beso algo complicado.

Sus embestidas comenzaron a ser bastante rudas, tantos golpes en su punto y JiMin sentía morir de placer. Sus pequeños ojos azules estaban empañados de lágrimas de gusto. TaeHyung mordía los hombros de JiMin, haciéndolos enrojecer, dejando las marcas de sus perfectos dientes.

Con la fricción que causaban las sábanas y cama con el movimiento de las penetraciones de TaeHyung, el pene de JiMin se estimulaba por sí solo.

JiMin manchó las blancas frazadas con su semen. TaeHyung siguió moviendo sus caderas, necesitaba llegar, unos segundos después se corrió dentro del condón y cayó sobre un jadeante JiMin. Acarició con la lengua las mordidas en los hombros del menor, tratando de apaciguar el dolor causado.

—TaeHyung, amor, te amo pero estás un poco pesado —JiMin dijo debajo, con voz adormilada.

Kim no dijo nada, no tenía voz para hablar, sus gemidos se habían llevado todas las fuerzas de sus cuerdas vocales. Tiró en preservativo en la papelera del baño. Entró sigilosamente a la cama, levantando las cobijas. Abrazó el cuerpo de JiMin, poniéndolo cerca de él, besó su cabello y lo acarició hasta que JiMin se quedó completamente dormido.

𝐛𝐚𝐛𝐢𝐞𝐬 𝐟𝐨𝐫 𝐦𝐢𝐧𝐧𝐢𝐞 [𝐯𝐦𝐢𝐧]Where stories live. Discover now