Parte 1 sin título

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Parece que va a llover. Los últimos días el cielo estuvo cubierto por nubes grises y amenzantes. Con un rayo por aquí,otro por allá.

La gente empezaba a sacar sus paragüas, también sus pilotos y botas de lluvia. 

Se notaba mucha menos gente en las calles, sólo los intrépidos que estaban obligados a salir a trabajar, a hacer mandados y los niños del barrio, a los que les importaba poco que se largue a llover y entrar a sus casas todos embarrados,después de haber jugado por horas en la sucia y fría calle de tierra.

El tiempo retrasa las obras para pavimentar las calles del barrio. Personalmente, pienso que tardan demasiado para terminar las obras de pavimentación,pero bueno,hay que estar agradecidos porque lo hacen, ¿no?.

 La gente se queja y se queja de la lluvia,cuando yo pienso que hay lugares en los que estarían muy agradecidos por una sola gota de agua.

 Me gusta la lluvia, pienso que es increíble cómo el agua puede ser vida,para una persona sedienta, para un perro callejero, o una planta, y destrucción al mismo tiempo,cuando inunda toda una ciudad, dejando a millones de personas sin lugar donde vivir, llevándose todo por lo que trabajaron todas sus vidas, obligándolos a empezar de cero.

Miro por la ventana de mi habitación a la calle, las primeras gotas de lluvia entran por mi ventana, mojando mi brazo desnudo.

Las copas de los árboles se agitan en lo alto. Se está levantando viento.

 Veo a mi madre en el jardín, sacando la ropa de la soga lo más rápido que puede, como si en vez de lluvia fuera lavandina, una mancha que se queda adherida en la ropa para siempre,como tu primer beso, tu primer trabajo,o la primera vez que te rompieron el corazón se queda adherido en tu alma.

La ciudad tiene un aspecto lúgubre, pesada, y muy gris, gris como la paleta de un pintor que se quedó sin colores, y pesada como una manada de elefantes, creando una estampida y destruyendo todo a su paso.

La lluvia es más intensa ahora,la gente se empieza a gritar cosas entre ellos, tan preocupados por no mojarse que no ven que hay otras cosas ahí fuera que son más escenciales para la población, para la humanidad, más importantes que un abrigo o zapatos nuevos que quieren preservar de la lluvia.

Sus pasos se escuchan chapotear en el agua estancada, pesados, pero enérgicos a la vez, corriendo hacia sus hogares sin vida,vacíos y estériles.

Yo me quedo aquí, no me muevo para nada, mirando con decepción el mundo calculado en el que estamos viviendo, todo el mundo apurado, tan concentrados en lo que ellos tienen que hacer para cenar, o en sus entrevistas de trabajo, que ya ni siquiera se miran a los ojos,no se toman el tiempo de escuchar a los demás, es triste ser la única en notar eso. 

       Hay cosas más importantes,¿sabes?.

Pensamientos lluviososWhere stories live. Discover now