El Ser Diferente ♡MewGulf♡ OmegaverseAU

Capítulo 4 | Alfa-Omega

Ya hace dos años que Kao se había graduado y ahora era el turno de la generación de Gulf. Para celebrarlo, sus padres le llevan a un lujoso restaurante. De altos techos y adornos dorados de aire clásico de la antigua Tailandia. Gulf podía oír desde su asiento a los pocos clientes que, como ellos, también disfrutaban de su almuerzo en familia. El fuerte olor de la carne asándose en la parrilla al centro de su mesa junto a variados otros olores fueron fácilmente opacados por un agradable perfume que le hizo levantar la cabeza. Bosque y madera. Le daban una sensación de honradez y virilidad. De alguna forma su pecho se calentó y le urgió ir al encuentro de aquel atrayente aroma.

Cuando percibió que el portador de aquel olor se dirigió a los baños del restaurante, se disculpó con su familia y lo siguió con curiosidad. Nunca había sentido a otra persona con un aroma tan fuerte como aquel, por lo que, cuando se giró al pasillo frente al baño sintió una bofetada que alcanzó su cerebro y arrugó la nariz. Frente a él estaba un hombre alto, tanto como él, tal vez un poco más, de espalda ancha, ojos afilados pero amables. Su presencia era imponente, pero rebosaba confianza y seguridad. Gulf se percató de que lo estaba esperando para hablar.

– Omega – dijo, con voz grave y suave. A la vez que el sonido alcanzaba sus oídos, por la espalda le recorrió un escalofrío y se encogió sobre sí mismo por acto reflejo. El hombre frente a él, que rodeaba los veintitantos, ladeó la cabeza. Y sonrió –. Hola, nong. Mi nombre es Ohm Thitiwat, lo siento si mi olor te molesta – Gulf le devuelve la sonrisa, relajando los hombros, alzando una ceja y ladeando la cabeza, en un tierno gesto por no entender cómo sabía que podía olerlo. Nunca se había topado con otra persona que tuviese una nariz tan sensible como la suya –. Pi es Alfa y nong es Omega. – dijo, apuntando entre ellos con el índice.

–¿Omega? – susurró, desviando la cabeza, aquella palabra salir de sus propios labios hizo vibrar su pecho de algo que interpretó como gozo. Estaba contento de encontrar a alguien que pudiera responder sus preguntas – Es... ¿una mutación?

– No. Es nuestro segundo género – respondió, sin perder su sonrisa, que le resaltaba los pómulos, era muy guapo –, aparte de ser hombres o mujeres, algunas personas pueden ser alfas u omegas – Gulf formó una "o" con sus labios y asintió – ¿Cuándo fue tu primer celo?

–¿Mi qué? – Ohm no pudo evitar bajar la cabeza ensanchando su sonrisa. Procedió entonces a explicar con sumo detalle los celos de omegas y alfas, siendo interrumpido con varias preguntas del inquisidor joven omega. Gulf sintió un inmenso alivio. En algún momento llegó a odiarse por ser tan diferente. Se sintió vulnerable en numerosas ocasiones. Fue abrumado por emociones tan contrastantes que se sentía enfermo. Estaba feliz de que no fuese un defecto, era su naturaleza y como él, había cientos de personas.

También se sorprendió inmensamente. En su condición de omega, había desarrollado órganos sexuales femeninos desde su nacimiento, que se volvieron funcionales después de su primer celo. Podía concebir bebés, que al parecer recibían el nombre de "crías" en su antigua cultura. Además de esta sorprendente bendición, descubrió que todos los humanos tenían un "alma gemela", alguien que en alguna vida pasada se unificó con otro bajo el halo de un amor puro e inmortal. Sin embargo, la humanidad había dejado de creer, se habían alejado de su naturaleza animal y ya no poseían las habilidades de encontrar a su destinado, a diferencia de los poseedores activos del segundo género, los cuales perciban a través de sus sentidos a sus destinados.

Por otra parte, Gulf se enteró de su "animal interno" del cual le debía atribuir sus desarrollados sentidos, el cual tiene sentidos propios que están conectados a él a través de un lazo irrompible.

– Debes confiar en él, nong – le dijo Ohm –, aprende a escucharlo y a sentirlo, él nunca te hará daño ni te traicionará, solo buscará tu verdadera felicidad.

– Pi'Ohm ¿Por qué me está diciendo todo esto? – le consultó, le parecía extraño, no se conocían, y Ohm no parecía querer nada a cambio, tampoco se haría daño por no saber nada de esto. Aunque lo agradecía infinitamente.

– Yo tampoco sabía nada de nuestra especie – comenzó –, y tenía mucha curiosidad. Un viejo alfa me encontró un día y estuvimos toda una tarde hablando – sonrió, bajando la vista al suelo, descansando cada mano en su cadera –, me enseñó mucho y me pidió que buscara a más como nosotros.

– Pero... si procedemos de una familia en común ¿no quiere decir que deberíamos tener familiares como nosotros?

– Pero tú no lo sabías – Gulf asintió sabiendo que no tenía a todos sus abuelos vivos y que tampoco los veía mucho, ya que vivían en otras provincias –. Como tú o como yo hay muchos más, es por esto que me propuse la misión de encontrar a todos los que pueda y darles contactos, para que no estén solos.

– Gracias Pi. – sonrió aceptando la tarjeta que olía a bosque y caramelo.

– Ahí está el número de mi Omega, si necesitas algo, puedes llamarlo o enviarle un Line. – Gulf asintió con emoción, le dolían las mejillas de tanto sonreír.

Estaba inmensamente feliz. La discriminación que había sentido por años acompañada de impotencia y frustración amainaron y se fueron junto a aquella espalda que se alejaba a paso firme de él. Sonrió dulcemente regresando la vista a la tarjeta entre sus manos. Aquel hombre le dijo que los alfas suelen tener olores sobrios mientras que los omegas olores dulces, la dichosa tarjeta tenía ambos, por lo que dedujo que eran los olores de aquel alfa y su omega, su pecho volvió a vibrar de gozo y sus ojos se achicaron producto de las fuertes emociones que le inundaron. Sin percatarse, soltó feromonas más fuertes que de costumbre, llenas de felicidad y satisfacción, siendo percibidas fácilmente por el alfa al otro lado del restaurante.

– Quién me diría que tendría el honor de educar a un omega purasangre. – sonrió de lado. Con la imagen de cierto amigo suyo cruzando su mente.