One & Only

Capítulo 6

Nathan Denovan POV’s

Tengo miles de excusas en mi cabeza, eh estado días incluso semanas ideando las cosas que diría antes de venir de nuevo a este lugar pero hoy viéndola a los ojos sabría que no podría contenerme si la tenía a unos centímetros más cerca.

-Nina… - le dije sin poder articular otra cosa. ¿Qué puedes decir cuando no soportas la verdad? Cuando ser el patán de la historia es mucho mejor que la cruel realidad. ¿Qué puedes hacer cuando no eres suficientemente bueno para la persona que amas? Es una mierda lose, pero hay cosas que simplemente no puedo decirle… ni siquiera a ella. 

-¡Basta! – Soltó exhausta – ¡no lo aguanto mas Nate! Joder… dime qué demonios salió mal… que carajos paso…. Es solo que… yo – se le congelo el llanto en la garganta. Todo su semblante había cambiado al de una niña indefensa.

-No puedo – dije, instintivamente llevando mi mano hasta su mejilla – simplemente no puedo.

Dios me estaba quemando por dentro. ¿Cuántas veces no había soñado con esos ojos o con esos labios? ¿Cuántas veces no había deseado hasta la muerte abrazarla, tenerla entre mis brazos? Pero no puedo. No quería hacerle eso.

-¿Por qué? – Articulo débilmente - ¿Por qué no soy lo suficientemente buena para…?

-Shh – plante un dedo en la comisura de sus labios – Por favor no te culpes por esto. – le pedí.

-Es imposible – dijo – yo, ya me siento nada.

Me odie jodidamente tanto por hacerla sentir eso. Pero era demasiado egoísta como para decirle la verdad. No quería que ella supiera la verdad. Ella no. Simplemente la amaba demasiado.

-No puedo hacerte esto…- murmure cerca de ella. Perdiéndome en su aroma.

-Ya me lo estas haciendo. – inclino su cabeza en mi pecho.

-Nina…- se los juro un poco más cerca y no aguantaría.

-¿Qué hay de malo conmigo?- dijo ahora confundida un tanto aturdida por la situación.

-Nada – deje levantándole el mentón, obligándola a verme los ojos. – Eres perfecta Collins…

-No mientas… - pidió.

-No Nina – negué con la cabeza – El problema soy yo – le dije pesadamente con el dolor encapsulado en cada palabra – yo no te merezco.

Negó pronunciadamente.

-No Nate, no digas tonterías. – sentí su tacto sobre mis hombros.

-Nina – dije separándola, sé que quería abrazarme, yo también me moría de ganas de abrazarla, pero no podía hacernos esto. No podía hacerle esto. – No lo hagas – le pedí.

-¿Qué significa eso? –dijo ahora a la defensiva aun con rastros de tristeza.

-Que no puedo ser egoísta contigo… que será mejor que no te acerques a mí.

-Es una mierda…

-Si supieras la verdad no creerías eso.

-La sabría si me la dijeras.

Negué.

-Déjalo así Nina.

-No, me niego.

Me vire ahora molesto. ¿Por qué tenía que ser tan terca?

-Basta Nina.

-Está bien – la mire sorprendido – con una condición – se acercó a mi – mírame a los ojos y dime que ya no me amas.