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La vida llega a ser confusa.

Cuando crees amar a alguien como si fuera la única persona en tu vida, te dices a ti mismo que no importa quien más se ponga enfrente, para ti ese ser será el único en tu vida.

Vives los momentos más felices a su lado, tienen altas y bajas como todos, pero al final, se mantienen estables y, lo más importante, juntos.

Pero pronto, cuando menos lo esperas, todo cambia.

Ya no hay esa confianza de antes, cada vez hay más distancia entre ambos y se llegan a dejar de hablar por semanas.

Esas son solo las primeras señales de que pronto acabará y es mejor aceptar tu realidad.

Pero no, el humano tiende a la necedad por lo que tratas de darte falsas esperanzas pensando que solo es una etapa difícil en su vida como pareja y te confortas pensando que pronto lo superarán.

Lamentablemente, esas esperanzas son destruidas con un simple par de palabras que provienen de esa persona que alguna vez llegaste a amar más que tu propia vida.

Y, aún cuando te lo digan de frente, cuesta asimilarlo por lo que tratarás de evitar que eso siga adelante.

Patadas de ahogado, para ser más precisos.

-Pero...Ken...-Tartamudeo el ojimiel empezando a reaccionar a lo que el pelinegro lo callo hablando de forma tranquila y certera.

-Sabes que es lo mejor Hasekura, yo no quiero mantenerte miserable a mi lado y yo también no quiero estar al lado de alguien que ya no siente lo mismo que yo.

-Yo no quería llegar a este punto Ken, jamás en mi vida creí que fuera posible el separarnos y menos de esta forma en la que estamos, yo... Jure siempre amarte.

-Todo buen inicio tiene un fin, ya sea de esta forma al separar nuestros caminos o en la muerte.

-Lo nuestro debía durar más allá de esto, de verdad que no lo entiendo, luche e hice lo posible por preservar nuestra relación pero tal parece que, de nuevo, el destino me hace esto, me apuñala por la espalda y hace de mi vida una ruleta.

-Hasekura, ¿por qué en lugar de ser tan agresivo con el destino, aceptas que no es tan malo y lo dejas ser parte de tu vida?-Cuestiono el menor con tranquilidad volteando a encararlo mientras sonreía de lado.

-¿No hablarás en serio? ¿Unirme a algo que siempre odie?

-Entre más lo odies, más te hará sufrir. Es por ello que, por tu bien, debes aceptarlo, disfrutarlo y aliarte con el. Si ya te otorgo ese destinado, del cual ya te enamoraste, no lo dejes ir, atalo a ti y forja una relación.

-Yo no me he ena...morado...de...el-Murmuro Hasekura desviando la mirada a lo que Kensuke negó con algo de burla.

-Bueno, lo que trato de decirte es que debes atreverte a experimentar las oportunidades que te son destinadas. Ya si no se logra dar algo, ni modo, pero lo luchaste así que deja de culpar al destino.

-Kensuke, creo que lo entiendo pero no quiero terminar de esta forma contigo.

-Créeme, para mi es muy difícil dejarte ir debido a que yo si sigo teniendo los mismos sentimientos por ti, pero por eso mismo es que estoy terminando nuestra relación ya que el amor no es egoísta.

-No quiero dar por terminado lo que tenemos, es algo impensable para mi, sin embargo, si tú deseas hacerlo, lo aceptaré.

-Ni tú ni yo somos felices, acéptalo. Además debo aclarar que esto no es lo que deseo pero si es lo mejor.

¡NO! Al hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora