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Una joven maestra se ajustaba los lentes mientras hojeaba un libro acerca de las corrientes literarias.

-Veamos, supongo que esto irá bien para la clase siguiente, aunque me pregunto...

-¡¡Sensei!!-Gritó un estudiante de forma fuerte que fue silenciado por los demás asistentes de biblioteca.

La maestra volteó con muchos más libros en sus manos al mismo tiempo que veía al príncipe de ojos mieles quien estaba agitado por el esfuerzo de correr.

Sin embargo, no estaba solo, venía muy bien acompañado.

-Hola Hasekura-kun, ¿no se suponía que ya habías terminado por hoy?-Susurro la mujer logrando que los recién llegados entendieran que debían modular el tono de su voz.

-Asi es, sin embargo necesito que me ayude con algo.

-Lo que sea por ti, vamos al área de esparcimiento para hablar mejor.

Ambos adolescentes asintieron y caminaron detrás de la profesora quien de reojo vio sus manos unidas por lo que empezó a sacar sus conclusiones.

Una vez que llegaron, se sentaron en una mesa, la profesora frente a ambos quienes emanaban de forma inconsciente un aura misteriosa.

-Antes que anda Hasekura-kun, ¿quien es el chico que está contigo? ¿Acaso es tu novio del que tanto hablas?

Masahiro empezó a ponerse rojo al oír aquello y el de ojos mieles abrió los ojos por lo mencionado.

Sin necesidad de verse mutuamente adivinaron sus reacciones por lo que, tomando la iniciativa, el ojimiel trato de aclarar antes su verdadera situación.

-¡No! Él es el capitán de los cocineros del evento que tendremos, Setagawa Masahiro.

-Un placer, sensei.

-Ya veo, entonces, ¿pueden decirme por qué tienen las manos unidas como una pareja?-Pregunto la mayor dando en un punto clave.

Ambos estupefactos miraron sus manos entrelazadas y las separaron bruscamente con un sonrojo en sus mejillas.

Masahiro decidio mirar a otro lado mientras el más alto empezaba a explicar.

-Es un tema complicado que entenderá ahorita que le digamos nuestro problema, pero antes que nada dejemos en claro que él y yo no somos pareja.

-Eso significa Setagawa-kun-Hablo la profesora tratando de entender dirigiéndose ahora al joven de ojos esmeralda-¿Qué estás soltero y andas en búsqueda de tu hilo?

-Acaba de tocar el motivo del problema por el que venimos con usted sensei-Respondió el ojimiel adelantándose al más bajo.

-No entiendo Hasekura-kun.

-Él-Dijo el rubio retomando voz en la conversación mientras tomaba de nuevo la mano del pelinaranja con vergüenza-Y yo somos destinados, es decir, ambos completamos nuestra mitad del hilo rojo del destino.

La profesora analizó un poco eso por unos instantes hasta que, una vez que lo proceso, soltó un grito de felicidad bastante audible y pasó por encima de la mesa para abrazarlos como si ella fuera la madre de ambos.

Masahiro y Hasekura trataron de zafarse pero fue inútil, la chica poseía una fuerza increíble.

-¡Hasekura-san! Ya viste que el destino no falla, te dije que algún día encontrarías a tu destinado y vaya que tuviste suerte, es tan guapo.

-Supongo que gracias-Respondió el rubio alejando la mano del ojimiel tratando de controlar su sonrojo.

-No hay de que. Entonces, ¿viniste a informarme acerca de tu buena fortuna, Hasekura-kun?

¡NO! Al hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora