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-Buenos días, Hasekura-kun-Dijo una voz grave al recién llegado que iba bajando las escaleras con una cara muy apática.

-Hola. ¿Donde está...?-Empezó el ojimiel buscando a su hilo quien no tardó en responder a ello.

-Toru-san, buen día-Anunció el rubio con una voz que los hizo voltear a ambos.

Hasekura al hacerlo abrió ampliamente sus ojos por la gran impresión del aspecto del menor.

Tenía los ojos hinchados, el cabello alborotado, la mirada perdida así como un aura totalmente sombría.

¿Qué rayos estaba pasándole? ¿Cuál era el motivo por el que estaba así?

Nunca en lo que llevaban de conocerse había visto esa faceta del ojiverde, cosa que mostraba que eso era algo serio.

-Setagawa...-Susurró el ojimiel a punto de preguntar pero el mayor sabiendo el fondo de ello empezó a hablar.

-Bueno, antes que nada, debo preguntarles, ¿ambos estan de acuerdo en romper el hilo del destino hoy?

-Si-Respondió Hasekura de inmediato provocando la ira del contrario, cosa que fue notada tanto por su alma gemela como por el encargado.

-Claro, hagámoslo.

-Ya que ambos están coordinados lo haremos, así que síganme por aqui.

El mayor empezó a caminar hacia un pasillo, por lo cual fue seguido de ambos destinados, el ojiverde frente al ojimiel.

Hasekura notó con su hilo la notable ira del rubio, cosa que le intrigaba mucho por lo que al ver como Toru se metía a un cuarto, tomo la mano de este con decisión y lo retuvo causando que volteará con el ceño fruncido.

-Debemos ir adentro, no podemos perder el tiempo-Dijo sin rodeos Masahiro tratando de mantenerse apático.

-Antes que eso, tengo que preguntarte algo.

-Eso puede esperar, la decisión está tomada de cualquier forma, tú mismo dijiste que entre más rápido rompiéramos la unión, mejor.

-Setagawa, si te digo que necesitamos hablar es en serio, mírate, nunca habías actuado de esta manera.

-Eso no te incumbe, pero en fin, no hay de otra así que habla.

-¿Te pasa algo? ¿Por qué estás tan molesto?

-Por nada en particular.

-No me mien...-Empezó Hasekura a punto de explotar pero el rubio estaba ya en un punto de ira bastante superior por lo que su tono de voz se alzó por encima del de su hilo.

-Hasekura, ¿a ti que te importa? Tu dijiste que no dijera cosas estupidas, pues bien, de mi ya no saldrá nada así que deja de perder el tiempo y vayamos a acabar con esto.

Masahiro volteo y camino adentrándose en la habitación, una vez que sintió que había logrado crear distancia con su hilo, pudo dejar fluir las lágrimas que había reprimido por todas sus mejillas.

Al ver que estaban por llegar al lugar, limpio su rostro rápidamente y respiro para volver a mantenerse serio.

Mientras tanto, Hasekura caminaba lento muy confundido de lo acontecido, realmente no entendía nada pero suponía que debía mantener su distancia con su hilo.

Al fin y al cabo, era lo mejor para ambos, aunque en el fondo su pecho se oprimía por aquella actitud falsa del ojiverde.

Sabía bien que eso solo era máscara, lo que no sabía eran los motivos que habían orillado al rubio a hacer eso.

¡NO! Al hilo rojo del destinoWhere stories live. Discover now