22- Poder femenino: parte ll.

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FOTO MULTIMEDIA: CHRIS CARTER (ZAC EFRON) Voy a empezar a poner esto al principio de los capítulos, a pedido de algunas lectoras :)

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Estaba en la casa de una hermandad llena de plásticas que parecían sacadas de una película cliché. Rubias, altas, flacas, tetonas, piel bronceada, y vestidas de rosa. A esta hermandad pertenecían Bonnie y sus amigas.

Ellas hablaban y reían mientras contaban las reacciones de mis pobres hermanos al dejarlos en su momento más alto de ‘felicidad’. Mientras ellas estaban sentadas en ronda, en el medio de la sala, yo estaba acostada en un sillón un poco más alejada de esas patéticas barbies. Me sentía completamente fuera de lugar ahí.

-Cook estaba totalmente desnudo cuando me fui –dijo una morocha, una de las pocas que había. Instantáneamente la miré con atención.

-¿De verdad? ¿Y cómo la tiene? –preguntó una rubia inclinándose hacia adelante con interés.

-Así –y mostró su dedo meñique. Todas estallaron en carcajadas. Rodé los ojos.

-Fue peor David –sonrió otra-. Casi se pone a llorar cuando lo abandoné. Es tan idiota, no me sorprende que sea el hazmerreír del campus. La venganza es tan dulce.

No lo soporté más. Me levanté y me fui de ahí, ignorando los llamados de Bonnie. Pegué un fuerte portazo.

Si me importaba tanto que digan esas pequeñas cosas sobre ellos, estaba totalmente jodida.

El campus estaba desierto, no había ni una sola alma. La noche estaba oscura (como no, idiota) y el viento soplaba fuerte. Me abracé a mí misma, y me maldije por no tomar mi chaqueta de cuero antes de salir pitando de casa.

Estaba a unos pocos metros de casa, cuando empecé a notar el movimiento que había fuera de esta. Me escondí detrás de unos arbustos que estaban cerca. Todas las luces estaban prendidas, y mis hermanos salían, ya vestidos, y se montaban a sus automóviles o motos. Otros se dirigían al estacionamiento. Sus caras eran de total furia, y parecían alterados.

Vi salir a Ryder de la casa, sin embargo, no se subió a su auto. El se quedó en la entrada y empezó a mirar a todos lados con desesperación, como si estuviera buscando a alguien.

-Tranquilo, hermano –Simon puso una mano sobre el hombro de Ryder-. Ella estará bien… por lo menos mejor que nosotros. Ya vámonos de aquí.

¿Con ella se refería a mí?

Ryder vaciló, pero terminó por asentir. Ambos se montaron al Jeep.

Una vez que confirmé que nadie estaba dentro de la casa, entré. Subí a mi cuarto, me saqué toda la ropa y me puse un cómodo pijama. Fui al baño y me borré lentamente este estúpido maquillaje de la cara.

Apagué la luz, dejando todo a oscuras, con solo la iluminación que entraba por la ventana de la brillante luna.

-Maldición, Penny, hoy sí que estás romántica –murmuré con diversión por mi último pensamiento. Me tiré en la cama y marqué el número de River, ya que me aburría.

Hablamos un rato largo. Le conté sobre la broma y rio, pero luego me advirtió que cuando llegasen los chicos, las cosas se me pondrían feas. Me dijo que si me hacían algo, cosa que dudaba, lo llamara.

Me hizo reír hablando sobre lo mal que iba su vida amorosa, y cuando digo vida amorosa, me refiero al sexo. Al parecer el idiota de River últimamente anda caprichoso a la hora de elegir una chica, y todas terminaban por mandarlo al infierno. Cuando me agarró sueño, cortamos y me fui a dormir, esperando que llegue mañana para ver la cara de mis dulces hermanitos.

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