Capítulo 1. Bebé.

16.7K 612 41
                                    

Lia

El colegio apestaba. Y más aún si cuando vuelves a clase y dices que tienes novio todos se te quedan mirándote cómo si fueras una triunfadora. Y luego te hacen chistes al respecto. Eso es completamente idiota. Pero por suerte ya estábamos para el segundo trimestre y los idiotas de mis compañeros se habían calmado un poco. Lo único que me emocionaba del colegio eran dos cosas: Que era mi último año y que Zachariah venía a buscarme todos los días a la salida. Suspiré al darme cuenta que hoy no sería ese caso.

Ya hace más de cuatro meses que estoy saliendo con él y no podía ser más feliz. Dejé de ocultar mi corazón y se lo entregué a él. Estaba enamorada de él y él me amaba. Todo lo que siempre había soñado ahora lo tenía... y cómo negativa que era tenía miedo que algo pasara y me lo arruinara.

—¡Ramirez! — gritó el profesor de matemáticas.

Lo miré. —¿Sí?

—Preste atención a mi clase.

—Eso estoy haciendo— contesté.

—Pues no parece— gruñó y se dio vuelta al pizarrón para seguir explicando.

Mis compañeros soltaron unas risitas. Rodeé los ojos y me giré hacia Nare. —¿Qué hora es?

—Quedan diez minutos— dijo ella sin apartar la vista de su teléfono y escribiendo un mensaje.

El profesor me retaba a mí, ¿y ella qué? El profesor por fin se sentó y todos empezaron hablar. Abrí la boca para decirle algo a Nare pero la vi muy metida en su teléfono y no la molesté. Me giré hacia atrás. Olivia y Diana estaban charlando animadamente. Las llamé.

—Oigan, ¿tenemos algo importante para mañana?

—No más que la prueba de Historia. —Contestó Olivia.

Agh, tenía que estudiar.

—¿Por qué? ¿Es porque vas a verte con ya sabes quién?— preguntó Diana moviendo las cejas insinuando algo.

Gruñí. —Saben que hoy no. No molesten.

—Somos tus amigas, para eso estamos.

Sí, Olivia y Diana eran mis amigas, pero no las veía tanto o mejor dicho, casi nada fuera del colegio. Diana empezó a hablar sobre un tweet que había leído de su grupo favorito y la conversación quedó en la nada. Minutos después sonó el timbre. Ruidos de mochilas, bancos siendo golpeados, gritos y risas se escuchó por todo el colegio. Típico en una finalización de clases.

Tomé mis cosas con lentitud y cansancio. Cuando tuve todo listo comencé a caminar arrastrando los pies hacia la salida desanimada. Mar y Nare charlaban mientras me esperaban. Las saludé con un beso a cada una y tomé rumbo hacia mi casa.

No había caminado ni dos metros cuando una mano se posicionó sobre mi boca y un brazo se enroscó en mi cintura levantándome. Un grito murió en mis labios presionados por esa mano. Unos labios se acercaron a mi cuello y besaron el lugar justo debajo de mi oreja al mismo tiempo que me presionaban contra su pecho. Me estremecí mientras el olor de esa persona me embargaba. Me soltó suavemente y me volteé.

—¡Eres un estúpido! Casi me matas del susto— grité enojada golpeando en el pecho a la persona que se había robado mi corazón.

Zacha me miró con una ceja levantada y una sonrisa torcida. —No nos vemos hace diez días, ¿y así es cómo me recibes?

Todo mi enojo se esfumó al darme cuenta de eso. Me tiré a sus brazos y pasé mis brazos alrededor de su cuello apretándolo contra mí. Sus brazos me envolvieron. Enterré mi cara en el hueco de su cuello. —Te extrañé— murmuré. —Mucho. No sabía que vendrías hoy, ¿por qué no me lo dijiste?

Dime que aún me amas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora