Capítulo 7

8.8K 559 20
                                    

- ¡Finalmente! Ahí estás. –Exclamó Danielle, en cuanto entré a la habitación. Hice una mueca. No estaba de un buen humor.

- Creí haberte dicho que no dejaras la habitación. –Regañó Lauren.

- Tenía hambre, ¿sí? –Repliqué.

- ¿Qué ha pasado?

- Vengo de terminar el castigo y sólo quiero dormir. –Me tiré las sabanas de mi cama encima y cerré mis ojos.

- ¡Te lo dije!

- ¿Qué te han puesto a hacer?

- Ayudar en el comedor. Desconché alrededor de doscientas calabazas para después triturarlas, además de lavar todos esos trastes. Fueron las tres horas más largas de mi vida.

- Espero hayas aprendido la lección.

- ¿No entendéis que no tiene sentido? Siempre voy a ser esto que aquí ves. Este es sólo el comienzo.

- Blair, por favor, sólo queremos ayudar.

- ¡Pero yo no quiero ayuda! Estoy más que bien siendo esta Blair. Esto es todo una completa estupidez de mis padres.

***********

Terminé de meter la camisa dentro de la molesta falda del uniforme y salimos de la habitación, camino al comedor. Nos sentamos en nuestros habituales puestos para desayunar, un sándwich acompañado por jugo de manzana.

En cuanto terminé lo que restaba de mi jugo, me levanté como todas a irme a clase una vez el desayuno llegó a su fin.

Tomé asiento en la clase de modelaje con un suspiro. –Hola, tú debes ser nueva. Blair, ¿cierto? –Habló una rubia y la miré con cierto desconcierto. De todos modos asentí. –Soy Jade pero eso seguro ya lo sabes.

- ¿Por qué debería?

- Todo el mundo lo hace. –Movió un mechón de cabello que caía por su hombro derecho, con gracia.

No pude responder a lo que había dicho gracias a la profesora entrando al salón. –Bien clase, hoy continuaremos con los tacones. –Dijo con una deslumbrante sonrisa. –Pasad a la mesa de allá atrás y tomad un par de vuestra talla para empezar.

Era bastante extraño que Jade se hubiese sentado a mí lado, considerando lo que las chicas me habían dicho sobre ella. Tal vez la habían sobre juzgado pero igual no me daba buena espina tomando en cuenta nuestro primer encuentro en el baño aquel día. Luego de que ella se levantó, la seguí hasta dicha mesa con un gruñido.

- Te cogí un par. –Dijo Jade, dándose la vuelta de la mesa con un par de tacos negros, como todos. –Seguro somos la misma talla, ¿siete y medio? –Abrí mis ojos de la sorpresa y asentí. Había adivinado mi talla.

- Gracias. –Medio sonreí.

- Entonces empecemos, –Habló la instructora. –Colocaros el par de tacos. Intentaros mantener el equilibrio. –Observé como Jade se calzó su par y caminaba con simpleza, mientras a mí me costaba hasta estar de pie con estos zancos en los pies.

Traté de estabilizarme, mirando al frente. Eran bastante incómodos. Sentía como si mis pies se fuesen a ir hacia lados contrarios y también temblaban mis piernas como si fuesen dos fideos.

- Acercaros al frente. –Ordenó. Joder, esto iba a ser difícil. –Ahora vamos a usar un libro en la cabeza para perfeccionar mejor.

¿Acaso podía ser peor? Gruñí.

Respiré profundamente y junté ambos de mis pies, buscando equilibrio. Bien, esto es un inicio, ya las piernas no me temblaban como si me fuese a caer. Lentamente pasé uno de mis pies delante del otro y luego el otro. Estaba progresando.

Caminando con sumo cuidado, llegué al frente y esperé que fuese mi turno de usar el libro en la cabeza.

- Espalda recta. Mirada al frente. Pies derechos. –Ordenó la instructora y así lo hice antes de que colocara lentamente el pesado libro sobre mi cabeza. –Camina hasta el muro y de regreso. –Tragué duro y lentamente caminé.

Llegué exitosamente hasta el muro y me di la vuelta pero mi pie falseó un poco haciendo que el libro cayese de mi cabeza. Lo recogí y caminé lo que quedaba hasta la profesora con el libro en la mano.

- Te hace falta un poco de práctica. –Asentí y le pasé el libro de mala gana mientras veía como las demás caminaban, algunas perfectamente como Jade y otras no tanto, como yo.

Suspiré y me dejé caer en la silla, quitándome los tacones mientras esperaba que la clase llegara a su fin.

*********

- Debo volver a mi habitación, Kyle. Que os divirtáis en la fiesta de Vanessa.

- Como quisiera que estuvieses aquí, bae. No será lo mismo sin ti.

- No trates de hacerme sentir peor. Esta cárcel es una mierda. Necesito una fiesta, divertirme con vosotros. –Suspiré.

- De verdad si pudiésemos hacer algo para sacarte de allá, lo haríamos.

- Sé que si. –Sonreí. –Ahora debo irme.

- Te amo, luego hablamos.

- Yo más. Adiós. –Y colgué, apretando el móvil entre mis manos.

Recién había terminado la cena y debíamos irnos a nuestras habitaciones pero antes necesitaba hablar con alguno de mis amigos, así que llamé a Kyle, en un mal momento porque estaba terminando de arreglarse para marchar a la fiesta de Vanessa.

Las clases de hoy habían sido completa mierda. No sabía cuánto más podría aguantar encerrada de este modo.

- ¿Busca quedarse fuera de tu habitación nuevamente, señorita Ross? –Habló una masculina voz, haciéndome quitar la mirada de mi móvil para mirarle.

- Estaba por irme ya.

- Uh. ¿Mal día?

- Emm, sí.

- Eso me recuerda. ¿Por qué no te vi ayer en todo el día?

- Me salté clases.

- Wow. Eres más rebelde de lo que creí. –Matthew enarcó una de sus cejas. Me encogí de hombros. – ¿No te descubrieron?

- De hecho, si. Ayudé en el comedor luego de la cena.

- Supongo que nos has envenenado a todos. –Trató de bromear pero no estaba como para reírme. –No tiene lógica si no respondes.

- Estoy cansada. –Le lancé una mirada de disculpa.

- Bien, entonces te acompaño a tu habitación. Ya has tenido bastantes problemas. –Asentí y comenzamos a caminar uno junto al otro pero con una considerable distancia entre ambos. –Que descanses, Blair.

 - Buenas noches, Matthew. –Besé su mejilla y me di la vuelta para entrar en mi habitación antes de escuchar como la bloqueaba del otro lado.

_________________

Lauren en multimedia♥

Lo contrario a una damaWhere stories live. Discover now