#34: Familia.

45K 3.2K 1.6K
                                    

La casa era un caos. Pero un caos de los buenos.

Chris ya se estaba moviendo con el tema boda y tenía casi todo listo; los invitados ya se encontraban en la casa de campo de Harry, la carpa estaba montada en el mismo lugar, las mesas puestas, las sillas en el orden correcto al igual que el pequeño escenario en donde habría una pequeña orquesta y un invitado especial, amigo de Harry.

Para Chris, quien nunca tendría una boda -porque en serio odiaba el matrimonio después de lo que había pasado-, tenía que salir todo perfecto, y no sólo porque ella lo quería así, sino porque era la boda de Harry y por mucho que la rubia mujer "fingiera" detestar al joven cantante la mayor parte del tiempo -incluso, cuando a veces realmente lo detestaba- muy en el fondo de su congelado corazón, sabía que quería lo mejor para el chico y su prometido, y por supuesto, su adorado Ben.

Además, estaba el hecho de que así mantenía al artista feliz, y con eso Harry podría escribir más canciones de amor, esperanza y toda esa mierda barata que vendía en todas partes. Por lo que, sí. Si Harry era feliz, el mundo era feliz y más ingresos entraban en el bolsillo de todos; sin embargo, el motivo principal por lo que Chris hacía todo, era por el hecho de que ella hubiese querido una boda de ese tamaño si creyese en las bodas o si Brian le hubiese propuesto pasar la eternidad con ella. Aunque eso, obviamente, ya no iba a pasar.

Chris observaba todo con detenimiento; desde las personas que llevaban flores y fundas para las sillas dentro, hasta aquellas que estaban tomando un merecido descanso a un lado del álamo que ensombrecía un poco la parte posterior de la casa. Se movía casi con rigidez entre las personas -tanto para no molestarlas como para no hacer contacto y tener que hablar con ella- y las cosas, junto a una libreta en mano anotando todo lo que ella había pedido que trajesen. Chris tachó cada una de las cosas de su lista que veía y estaba segura de que había traído: las rosas, los claveles, las sillas y así sucesivamente. Tenía casi toda la lista tachada porque parecía que todo estaba ahí, excepto la cosa más importante.

— ¡Charlotte!

La rubia gritó, mirando hacia los lados para asegurarse de que no estaba gritando demás al no encontrar el objeto perdido que ella necesitaba, aunque sin éxito alguno. No lo encontró. Chris suspiró, intentando calmarse. Se encontraba algo molesta, incluso cuando eso era muy típico de ella, pero ahora tenía motivos más que propios para estarlo. Chris necesitaba que todo saliera perfecto porque de por sí ella era una mujer perfeccionista, y además, le habían confiado algo importante, por lo que no podía echarlo a perder por alguna cosa estúpida.

Charlotte salió de la casa con pasos presurosos hasta donde Chris se encontraba, ella llevaba algunos mechones de su cabello sueltos y le cubrían parte del ojo derecho, se secaba las manos en el delantal de cocina cuando estuvo, por fin, frente a Chris.

— ¿Qué pasa?

La mujer parecía realmente preocupada, de las veces que había escuchado gritar a Chris —sin contar las veces que le gritaba a Harry porque aquello era más que rutinario y Harry sólo la ignoraba—, esto parecía serio. Chris alzó una ceja, una arruga debido a hacer esta mueca siempre se hizo presente en su frente.

— ¿Dónde está el pastel?

Charlotte parpadeó, en confusión primero y después, como recordando lo que con anterioridad le habían dicho. Ella sacó los pelos rebeldes de su cara con un movimiento, intentando sonreírle de manera tranquilizadora a Chris antes de contestar: —Dijeron que venía en camino el cocinero. Estará listo para la boda.

Pero, eso no pareció suficiente para Chris. La mujer alzó ambos brazos al aire, en uno de ellos iba la libreta y lápizcon, con el que tachaba las cosas que ya estaban, cayó de golpe al suelo. Charlotte miró la pequeña escena que Chris estaba montando con curiosidad, Chris estaba furiosa y eso podía demostrarse debido a que el color pálido de su piel cambió a un lindo tono carmesí que pasaba desapercibido con el color del lápiz labial que estaba usando.

Hey, Dad. [Larry Stylinson] [M-preg] [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora