#24: La creación: Ben Tomlinson.

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2/4        Advertencia [+16]

                                     Enero 5, 2010. Holmes Chapel.   

                                                                              
                                        Los días en Holmes Chapel, en pleno verano¹, estaban lluviosos. Demasiado lluviosos. El cielo se rompía en pequeños fragmentos que caían frágilmente hasta el suelo. Gota por gota, mojando todo lo que podían, los relámpagos y truenos iluminaban el cielo haciendo más notoria la lluvia y a Louis no le gustaba eso, lo detestaba.

No es que Louis odiara la lluvia. No, definitivamente eso no era, por el contrario, le encantaba ver como las gotas se deslizaban lentamente por la ventana, dejándole qué pensar, le hacían sonreír, de cierta forma y le gustaba porque podía utilizar el suéter de Harry que él se había apropiado, el que estaba utlizando en ese momento.

Sin embargo, sí detestaba el hecho de que hubiesen truenos o relámpagos o ambos, y que éstos sonaran tan, extremadamente, fuerte. Parecía que, en cualquier momento, un trueno rasgaría el cielo y la tierra se rompería rápidamente, abriéndose en dos. Aunque eso, obviamente, no iba a pasar. Louis exageraba —demasiado— a veces.

Aunque, de cierto modo, este día lluvioso parecía ser más especial que los otros, incluso cuando había relámpagos interrumpiendo la paz que la lluvia proporcionaba. Era un día lindo para Louis, sólo por la única y exclusiva razón de que estaba compartiéndolo con Harry. 

Harry. Eso era todo lo que Louis necesitaba para que sus días mejoraran en un dos por tres.

Louis sonrió, mirando por el ventanal de la casa hacia afuera. Hacia el exterior. Donde los árboles se mecían con el viento, y se iluminaban por una fracción de segundo antes de que la luz que emitía el relámpago se extinguiese. De cierta manera, era lindo ver cómo el cielo se iluminaba, era casi poético y nostálgico, pero Louis seguía odiando los relámpagos por sobre todas las cosas

Louis sintió el aroma familiar de Harry antes de que si quiera él pudiese tocarlo. Las manos grandes del rizado lo envolvieron por la espalda, y  Louis se giró entre sus brazos para observarlo con una sonrisa tímida. El castaño alzó un poco su cabeza para poder ver bien a Harry, a veces Louis odiaba ser un poco —muy— pequeño porque no podía ver los ojos de su novio en su totalidad. 

Harry le sonrió, sacando una mano de la espalda de Louis para pasaral suavemente en la mejilla del más pequeño.

—Hey, ¿qué hacías?

Louis inclinó su cara un poco más cerca de la mano de Harry buscando algo más de afecto, lo miró haciendo casi un puchero.

—Mirando la lluvia —contestó, y luego hizo un mohín— y te estaba esperando.

Harry soltó una risa floja, besando la frente de Louis suavemente. El castaño soltó un suspiro enamorado, aunque después, se obligó a recordar el por qué Harry no estuvo con él hace unos instantes. El rizado había estado hablando por teléfono. Louis lo miró, interrogante:— Por ciertom ¿Qué dijo tú madre?

—Dijo no volverá hasta que la lluvia haya cesado —Harry comentó, mirando a Louis a los ojos— la lluvia se ha intensificado y es malo volver en tren. O eso dijeron.

Louis asintió, colocando su cabeza en el pecho de Harry, escuchando los latidos rápidos de su corazón. El castaño sintió a Harry pasar sus manos por su espalda nuevamente, abrazándolo despacio. Louis—obviamente— no se encontraba en su casa, él se encontraba en la del rizado y ambos estaban solos ya que Anne y Robin habían salido a visitar a Gemma en Londres, pero al parecer, el mal clima se había extendido —misteriosamente— por casi toda Inglaterra menos al norte. O eso había escuchado él. Tal vez fue al oeste o quizá el este, pero el punto era, que en alguna parte de Inglaterra, no habían ni truenos ni relámpagos que pudiesen interrumpir algún momento.

Hey, Dad. [Larry Stylinson] [M-preg] [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora