...
-Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo dormiste?-Indagué en los ojos bicolores de Evan, mientras él se sentaba en la cama despacio.
-...Me duele la cabeza...
-De todos modos, te diste la borrachera del siglo- Le sonreí.
-¿Qué pasó?-Preguntó, con la mano en su frente.
-...Te he dejado pastillas ahí, al lado del vaso de agua; me advirtieron que provoca el alcohol, y...
-Ya. Cállate.-Lo miré sorprendido.- No quiero oír tu voz.
-P-pero tú...-"¿...Qué no me amabas?", consultó un pensamiento, cubierto de un manto triste y una sonrisa perceptible en mi mente.
-¿No me oíste? Me agrabas el dolor de cabeza.
-P-p-pero yo solo...
-¿Solo qué?-Me clavó sus ojos.
-T-tú preguntaste...
-PERO YA NO QUIERO OÍRTE, ¿ENTIENDES ASÍ O DEBO GOLPEARTE?
-E-entiendo...-¿Qué le sucedía?-yo...
-VE A BUSCAR MI BOLSO, AHORA.- Obedecí y corrí a buscarlo. Me quedé pasmado observando lo que me había mandado a buscar, siempre había llamado la atención ese bolso mediano color negro, bastante simple, por cierto, pero especial.- ¿TE APURARÁS?
-¡S-sí!-Troté de vuelta y se lo entregué. Él dio un tirón y lo abrió de golpe. Me senté a su lado, sobre la cubierta de la cama y lo observé en silencio.
-Fuera.-Dijo; me negué.- Que te vayas.
-No quiero.- Respondí con una sonrisa segura.
-Como quieras.- Extrajo una inyección. Dejó el bolso en el piso.
-¿Qué es eso?- Me sonrió.
-Algo llamado Metanfetamina, angelito. ¿Qué a caso nunca has visto mis brazos?-Me quedé en shock, mirando como subía su manga y mantenía la 'cola' de la jeringa en sus labios.
-¿...D-desde cuándo...?-Balbuceé.
-Mmm...-Colocó a un lado el instrumento, en la mesita de noche y se giró hacia mí con una sonrisa de 'tú ya lo sabes'-desde más o menos los diez años, antes diría yo. Mis padres me la inyectaban para que me 'estimulase' en la actividad sexual que me obligaban a tener. Aunque, terminó gustándome-. Me guiñó el ojo.
-...Todo este tiempo...lo seguías haciendo...-Me sorprendí por mi 'seguías', a caso yo...¿lo sabía? ¿Lo hacía desde antes?
-No.-Corrigió.- Dejé de hacerlo nuevamente de hace unos cuantos años.
-Entonces...¿por qué...?
-Tú no entiendes, ¿verdad?- Tomó mis mejilas con una de sus manos, presionándolas y rió.- No, claro que no lo entiendes. Por cierto tus ojos parecen cristal en estos momentos.- Se lamió los labios.- Yo ya no puedo más. No quiero más.
-...Quiero ayudarte...- Musité.
-¿A qué?- Presionó aún más mis mejillas, acercando su rostro al mío- ¿En qué?-. Dijo divertido.
-...cualquier cosa...- Balbuceé, mirando sus ojos y sintiendo como los míos titubeaban.
-¿Estás dispuesto a hacer cualquier cosa?- Alzó la ceja y sonrió con malicia. Asentí.- Acuéstate conmigo.- Me soltó y se enderezó. Apoyó su rostro en su mano, y a la vez el codo en la rodilla.
-Está bien- Dije sonriendo a ojos cerrados-, pero, ¿querrás algo para comer primero? ¿Veremos pelis?- Sequé mis lágrimas con una de mis mangas y le sonreí- ¿Qué tal si vemos...?
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¡Qué no soy homofóbico! (BoyXBoy)
RomanceHace cinco minutos Derek permanecía con un severo tic en el ojo izquierdo, tal como lo decía el anuncio. -...Entonces, Santiago, lo dejo a tu cargo... -Sí.- Dijo sonriente el chico de cabello rubio y ojos celeste brillante. -...Y tú... -¡QUÉ NO SOY...