Capítulo 8: Un Amigo

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Aitana y Diane le pidieron al libro que las transportará al mundo mágico, para su asombro este les respondió con una luz amarilla muy brillante la cual desapareció al momento que vislumbraron la habitación de Aitana.
-Me alegro que estés bien Aitana, estaba muy preocupado por ti -dijo una voz dentro de la habitación, que para Aitana era bastante familiar.
- ¿Y tú qué haces aquí Alf? -pregunto Aitana viendo a su pequeño amigo salir detrás de su mesita de noche.
-Vine a verte, que no es obvio -respondió el pequeño elfo mientras observaba curioso a la chica que se encontraba a lado de su amiga - ¿Quién es ella? Físicamente es muy parecida a ti Aitana.
-Es una nueva amiga, su nombre es Diane - respondió Aitana con una risa nerviosa.
-Es un placer conocerte Alf -saludo Diane dándole la mano a modo de saludo.
-El mío también -dijo Alf alegremente.
-Bueno ahora que se conocen, Alf necesitamos de tu ayuda, tu familia conoce de magia, hechizos y objetos con poder mágico, ¿no es verdad?
-Así es, ¿Qué quieren saber mis lindas señoritas?
-Jajaja, siempre tan simpático Alf, necesitamos que nos ayudes a descifrar este libro -dijo Aitana con el libro en sus manos- y también que permitas a Diane quedarse en tu casa, a una de mis tías no le pareció agradable conocerla y mucho menos verla aquí.
- ¿Qué le has hecho a las hadas para que no te quieran aquí? -dijo susurrándole al oído.
-Nada, su tía me vio y al momento me regreso al lugar de donde vengo -dijo Diane riendo.
-Qué curioso, yo no les agrado por ser un elfo.
-En realidad son un poco vanidosas y solo le agradan las ninfas, las sirenas, las hechiceras y los unicornios, seres bellos, poderosos y....
-E igual de vanidosos que ella.
-No digas eso Alf, aunque haya un poco de verdad en tus palabras no se me hace justo que hables así de ellas -dijo dolida Aitana.
-Perdón mi dulce Aitana, no volveré a hablar así de tus tías, será mejor que vayamos de una vez al bosque de los elfos antes de que se haga más tarde y sea más peligroso.
- ¿Por qué sería peligroso? -pregunto Diane curiosa.
-Por los seres malignos que deambulan, como los orcos o los trolls -respondió Aitana.
-Si y es peligroso porque si te ven te querrán comer, su olor favorito es el del miedo, si huelen tu miedo serás presa fácil.
-Deja de asustarla Alf, esos seres no suelen venir por aquí.
-Yo solo decía ­-respondió Alf sin indiferencia- además es nueva por aquí y debe saber sobre los peligros que acechan por el bosque.
-Alf tiene razón Aitana, siempre es bueno saber sobre los peligros con los que te encontraras a donde quiera que vayas.
-Esta bien, será mejor que sigamos.
Caminaron durante todo el día por el bosque, Diane disfrutaba de las maravillas que habitaban dentro de el, había animales maravillosos que nunca antes había visto y flores de un aroma exquisito, realmente no esperaba a ver el bosque de Saurin donde habitaban los elfos, se preguntaba si sería tan maravilloso como el lago Nayden.
-Bien, descansaremos un momento aquí -dijo Aitana llegando a un claro con un pequeño lago.
-Me alegro, me he cansado de caminar tanto -dijo Alf mientras se tiraba en el pasto y tomaba una breve siesta.
- ¿Cómo le haces para llegar a la torre de las hadas si te cansas muy rápido? -pregunto divertida Diane.
-Ah, no camino, me transporto con magia hacia el lugar que quiero.
- ¿Y por qué no hacemos eso? Sería más fácil y rápido llegar allá.
-Por que Aitana no sabe hacer magia y yo no tengo permitido transportar a otros seres a mi pueblo. -respondió Alf mientras seguía tomando su siesta.
- ¡Aitana no sabe hacer magia! Pero creí que la estabas estudiando.
-Así es, pero primero me están enseñando a hacer pociones curativas, y solo tengo permitido conocer los hechizos mediante los libros, pero solo los básicos, como levitación de objetos o  darles vida.
- ¿Por qué no puedes transportarnos a tu pueblo?
-Por que si un elfo superior a mi se da cuenta que las transporto bloquearían mi magia y quedaríamos a la deriva en algún lugar prohibido de este bosque.
-Si, por eso caminamos hasta allá Diane, es más seguro.
-Esta bien, lo entiendo.
-No te preocupes Diane, pronto llegaremos -comentó Alf, al ver angustia en ella -ya estamos cerca.

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