Capítulo 35: Carpe Diem

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—Eso es todo, Zayn. Ahora sólo necesitas reposo y tu tobillo no tardará en mejorarse —afirmó el doctor mientras le entregaba el informe.

—Gracias —contestó él cogiendo los papeles y levantándose con ayuda del rubio que estaba a su lado.

Llevaban casi tres horas en el hospital y por fín podrían irse de nuevo a casa. Al moreno le habían hecho una radiografía del tobillo y, afortunadamente, el hueso no estaba roto; pero de todos modos necesitaría muletas para caminar durante un tiempo. Niall y Zayn salieron de la consulta y se dirigieron a la sala de espera donde se encontraba Liam.

—¿Qué te ha dicho el médico? —preguntó el castaño preocupado.

—No voy a poder jugar al fútbol en lo que queda de temporada —contestó Zayn dedicándole una acusadora mirada mientras se apoyaba en el irlandés para caminar fuera de allí.

—Mira el lado positivo, Zayni, al menos sólo ha sido un esguince y no te has roto ningún hueso.

Niall no tardó en notar la tensión que había entre sus dos amigos e intentó suavizarla con sus palabras. Él jamás se imaginaría lo que estaba pasando por las cabezas de ambos en aquellos momentos.

El trayecto de vuelta estuvo cargado de silencio e incomodidad por parte de todos. Liam iba al volante, pero sus ojos no podían evitar fijarse de vez en cuando en el espejo retrovisor para mirar a sus dos amigos que iban sentados en la parte de atrás. Niall estaba en el asiento del centro, mientras que el moreno tenía su espalda pegada a una de las puertas y sus piernas estiradas sobre las de él.

Su ceño fruncido dejaba entrever que no estaba precisamente cómodo, pero el rubio le conocía a la perfección y sabía exactamente como relajarle para que dejara de estar tan tenso. Enterró las manos en su pelo y comenzó a acariciarlo masajeando lentamente su cabeza. Pronto Zayn cerró los ojos calmándose y soltó un pequeño gemido. Aquel era su punto débil.

—Veo que te gusta —el ojiazul soltó una pequeña carcajada—. ¿Te duele mucho el pie?

Aquello fue suficiente para hacer que Liam soltara humo por las orejas. Desde que Zayn se había caido, Niall no había parado de darle mimos y estar pegado a él en todo momento. Ya estaba harto de que actuaran como una parejita feliz olvidándose de que él estaba ahí. Decidió intentar ignorarles y fijó su vista en la carretera hasta que estuvieron frente al edificio en el que vivían.

—Ejem —carraspeó llamando la atención de los dos chicos—. Ya hemos llegado.

                  *************

Harry y Louis se encontraban acurrucados en el sofá mientras veían una película, a la que en realidad apenas le hacían caso. Era una comedia romántica americana que estaban poniendo ese día en la televisión y había sido la mejor opción para matar el tiempo, aunque ni siquiera sabían el título. Lo único que les importaba en aquellos momentos era estar juntos y abrazados, mientras compartían besos a cada rato.

—¿Soy el único que no se está enterando de nada de la peli? —preguntó Louis divertido mientras jugaba con los dedos de su... ¿Novio? ¿Amigo? No podía decir exactamente lo que eran en aquellos momentos, pero tampoco le preocupaba.

—No, no eres el único —contestó Harry cogiendo el mando a distancia y pulsando el botón de apagado.

Ambos se quedaron abrazados en silencio después de eso, con el único sonido de sus respiraciones acompasadas.

—Creo que me he portado como un cínico contigo —habló el chico de rizos después de un rato rompiendo el hielo. No podía evitar seguir sintiéndose culpable por todo, a pesar de que Louis ya le había perdonado.

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora