Capítulo 27: El swing perfecto

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Cuando Harry se fue, el moreno se tiró en el sofá deprimido. Llevaba mucho tiempo intentado hablar con su amigo, en realidad desde el día en que les había confesado su orientación sexual, pero él no parecía muy dispuesto a hablar con nadie. Zayn necesitaba consejo, necesitaba un amigo a su lado con quien poder deshogarse sin que le judgara, pero parecía ser que Harry no iba a ser ese amigo.

—Hey, bro ¿Qué haces ahí tirado? —preguntó Liam sentándose a su lado en el sofá, con una lata de refresco en las manos.

Zayn simplemente se encogió de hombros y observó como iba vestido Liam. Llevaba puesto un polo rojo que se ajustaba perfectamente a su cuerpo de deportista y un cinturón azul marino que sujetaba sus pantalones vaqueros veige. Aquel no era para nada el estilo que su amigo solía llevar.

—¿Vas a salir a algún lado? —interrogó devolviendo la mirada de nuevo a su cara.

—Niall me pidió que le acompañara a jugar al golf. ¿Quieres venir? —ofreció pegándole despues un trago a su bebida.

El chico lo meditó unos segundos antes de dar una respuesta. Por una parte sentía ganas de ir para poder pasar tiempo con el irlandés, pero no sabía si eso sería buena idea en realidad.

—El golf no es lo mío, ya sabes.

Liam asintió y fijó su vista en la alfombra unos segundos, como perdido en sus pensamientos. De nuevo volvió a mirar a Zayn con esa típica expresión suya que usaba cuando analizaba a alguien. Y no había mucho que analizar para saber que algo iba mal con el chico de los ojos color miel, aunque él creyera que nadie se daba cuenta.

Harry andaba siempre en su mundo de enamorado, Liam con Elizabeth y Niall simplemente parecía vivir en su propia burbuja de felicidad. ¿Quién iba a fijarse en él? Zayn se sentía bastante solo.

—¿Qué te pasa? —preguntó Liam tras un rato de silencio—. Te noto raro últimamente.

—¿Raro? Yo creo que estoy como siempre. Además, tú nunca estás en casa para saberlo —aquello sonó como un reproche.

—Hey, eso no es cierto —se defendió el castaño—. Vale, quizás si estoy saliendo un poco más de lo normal, pero aún así no creas que no me he fijado en que estás deprimido. ¿Es porque te sientes culpable por la derrota del otro día? No fue tu culpa fallar aquel pase.

El chico moreno negó con la cabeza. La verdad es que ni siquiera se había parado a pensar mucho sobre aquello. Él fútbol no era algo que le quitara el sueño.

—No, no es por eso —afirmó.

—Entonces si es por algo —contestó Liam orgulloso de haberle pillado con aquello—. ¿Qué va mal Zayn?

—¿Y qué va bien?

El chico alzó una ceja contrariado. Hasta entonces había creído que ojimiel era feliz con la vida que tenía. Jugaba al fútbol, sacaba buenas notas y era alguien popular en el instituto. Cualquier chica moría por un simple saludo suyo. El dinero tampoco le faltaba y con su familia tenía una buena relación. ¿Qué era lo que fallaba en la vida de Zayn Malik?

—Sabes que estoy aquí para lo que sea, ¿verdad? Puedes desahogarte si quieres, el rubio aún tardará unos mil años en estar preparado para irnos.

Zayn agachó la cabeza pensando en Niall y en la sonrisa que le mostraba al espejo cuando le gustaba como se veía. No era alguien que fardara de su físico, ni se creía mejor que nadie, pero odiaba la idea de ser como esos adolescentes que solo se quejaban de su aspecto. Y es que Niall tampoco podía quejarse del suyo.

—Gracias, Liam, pero estoy bien. Simplemente tengo un poco de bajón.

—¿Tiene que ver eso con alguna chica?

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora