[29] El Braktar

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DEDICADO A ABIGAIL PUERTOS DE HONDURAS

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DEDICADO A ABIGAIL PUERTOS DE HONDURAS. 

MORGAN

Purificadores...

¿Por qué siento que puedo confiar en ellos?

Porque son familia.

No, no lo son, me recuerdo al observar a los Purificadores mientras entrenan en el patio trasero del castillo desde mi alto ventanal. El sol brilla en lo alto del cielo. Ninguno usa poderes elementales, solo practican sus habilidades físicas: golpes, patadas, y como esquivar ataques. Aidan me dijo que ellos lo habían pedido para estirar y ejercitar sus cuerpos después de haber dormido por tanto tiempo. Están divididos en parejas para pelear uno a uno: Kace y Anthea, Aidan y Rangahar, Prisca y Harsha. Jericho es el único que está a un lado solo, con sus brazos cruzados sobre su pecho. Kace levanta su mano con la palma hacia Anthea y ella presiona su palma contra la suya, líneas negras salen de la unión de sus manos y bajan por sus brazos hasta subir por su cuello y llegar a su rostro. Una pequeña marca negra en forma de diamante aparece en medio de las cejas de ambos. Ellos se separan y se mueven en círculos con los puños levantados listos para pelear, pero ¿qué ha sido eso de la marca?

—Braktar.

La voz de Jericho me hace dar un brinco porque aparece a mi lado de la nada. Lo ojeo con cuidado, el uniforme negro de Nhyme no le quita ese aire de que no pertenece a esta época. Su largo cabello rubio descansa a los lados de su cara, aunque está de perfil a mí, me doy cuenta de que su mirada está sobre el patio.

—Kace y Anthea son Braktar. —Arrugo mis cejas porque por primera vez no entiendo una palabra de ese idioma, Jericho siente mi mirada y probablemente mi confusión, —al igual que Aidan y Rangahar, que Prisca y Harsha. Son hermanos de energía, parecido al lazo entre Purificadores y Protectores, —me explica, —Todos los Purificadores tenemos un Braktar. Y va en un orden, —él señala a Kace y Anthea, —el tercer purificador con el octavo, —señala a Rangahar y a Aidan, —el séptimo con el cuarto, —y termina de señalar a Prisca y a Harsha, —la quinta y la sexta.

Eso quiere decir... me le quedo viendo y Jericho se voltea para verme directamente. Sus ojos verdes encuentran los míos. 

—El segundo y la novena, —dice lo que pienso, —Tú eres mi Braktar.

Eso explicaría... los recuerdos que he tenido que le pertenecen a Jericho y también la razón porque la que no me siento para nada amenazada con él aquí en mi habitación, es como si nos conociéramos de toda la vida, pero eso es imposible.

—Todo esto es... tan confuso. —Confieso, —no puedo confiar en ti, ni en ellos, pero todo en mi ser, muy dentro de mí, confía y se siente...

—En casa. —Jericho termina por mí.

Fente... Jaie hatem, finalmente estoy en casa.

Las palabras de Shadow vuelven a mi mente y doy un paso atrás porque ahora entiendo esas palabras un poco más, ¿era a esto lo que él se refería? Y me doy cuenta de algo.

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