[19] La Reina Creciente II

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MORGAN

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MORGAN

Silencio...

El ruido del viento acariciando el pasto resuena en mis oídos. El sol de verano calienta mi piel, el olor a carne quemada mezclada con sangre me hace arrugar la nariz. Estoy acostado sobre el pasto así que echo un vistazo a un lado y veo el sin fin de cadáveres: humanos, convertidos, Purasangres.

¿Esto es todo? Una falsa sonrisa llena mis labios. Mi desprecio por ese sol tan brillante crece, la forma en la que ilumina toda esta muerte me da nauseas así que levanto mi mano y murmuro para llamar a las nubes y en unos minutos, grandes gotas de lluvia caen sobre mí.

Eso esta mucho mejor. La lluvia mitiga el olor a muerte y me moja de pies a cabeza. Sin embargo, el silencio es el recordatorio constante de que no hay vida a mi alrededor, de que cada una de las vidas en este campo han sido eliminadas.

¿Cuándo terminará? ¿Cuándo seremos libres de este ciclo de dolor? ¿Cuántas veces más tendremos que perderlo todo? ¿Ver como todo se derrumba, como todo muere a nuestro alrededor?

Somos Purificadores, creadores, no destructores.

¿De verdad? ¿De verdad es lo que somos?

Abro mis ojos de golpe, la sensación de nostalgia, de agonía oprime mi pecho. Mi memoria es confusa, ¿por qué sigo teniendo recuerdos de otros Purificadores? Me paso la mano por la cara y me levanto para caminar a la ventana. El sol matutino ilumina las calles de este lugar, todos sus habitantes mezclándose y compartiendo como si todos fueran de la misma especie. No tengo idea exacta de cuantos días han pasado, se han vuelto iguales, y cada noche me quedo dormida más temprano, sé que toda la fuente de mi energía se va a mis hijos, puedo sentirlos alimentándose de cada pequeño brote de poder que recupero de la naturaleza.

Afortunadamente, no he visto a Shadow desde el día del desfile, parece haberme dejado tranquila después de lo que pasó. El que si ha venido a molestarme ha sido Kain para alimentarme. Las primeras veces me negué, pero con el pasar de los días me fui debilitando y me di cuenta de que si quería sobrevivir, tenía que ser más inteligente que orgullosa.

Así que cedí y bebí su sangre. Mis bebés se regocijaron en la sangre de Kain, era antigua y mucho más poderosa que la de Milosh, y eran esos momentos los que servían de recordatorio de la diferencia abismal entre los poderes de los primeros y nosotros.

Tú puedes llegar a ser tan poderosa como él.

Mi mente aboga en mi favor al recordar lo que me dijo Everild sobre como yo podría llegar a ser rival para Shadow.

He pensado mucho estos días, en estas cuatros paredes es lo único que puedo hacer. He analizado todo lo que he visto desde que llegue a The Blackness. Shadow no parece mentir con eso de que no puede sentir nada, eso explicaría la frialdad con la que hace las cosas. Kain le sigue y le obedece sin chistar, su relación no irradia hermandad sino lealtad, es como si Kain le respetara y viviera para servirle y nada más, como si se guiarán estrictamente por el hecho de ser protector y purificador, no hermanos. Así que puedo descartar la estrategia de usar a Kain para obtener algo, nunca traicionaría a Shadow. Lo que si puedo hacer es hacer que hable demás, he notado que Kain no es muy cuidadoso con sus palabras, quizás pueda sacarle alguna información sin que se dé cuenta.

El Nuevo Mundo (Almas Perdidas II)✔️ [En librerías el 1 de Junio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora