Ocho. Víbora.

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Astrid.

Las cosas estaban más que bien, pero como alguien dice por ahí "Lo bueno dura poco."

Estábamos una tarde todos muy cómodamente tomando mates en el patio de la casa mientras veíamos a Ares y Apolo jugar con Coscu los perros de Martin, hasta que sentimos que alguien toco la puerta. A todos nos pareció algo muy extraño ya que ayer habían decretado la cuarentena absoluta, pero Seven se levantó rápido a abrir la puerta.

Los minutos pasaban y mientras todos habían seguido la conversación como si nada, mi cabeza no podía dejar de pensar en porque Joaco aún no volvía. Me levante un poco preocupada y me encamine hacia adentro de la casa en busca de mi novio.

Pero al entrar se me achico el estómago y me quede sin aire al ver quien estaba del otro lado de la puerta, que ni lerda ni perezosa a penas noto mi presencia en la sala abrazo a Joaco.

Tosí falsamente para hacer notar mi presencia y ella soltó a Joaco.

- Oh, hola Astrid.- hablo como una mosquita muerta.

- Hola. ¿Qué haces aquí?- pregunte en seco mirando mal a Melisa.

- ¡Astrid!- me regaño Joaco.

Después de tener que aguantar las mil vueltas que me dieron ambos, terminaron por darme la respuesta que sinceramente no quería escuchar. Joaco no había tenido mejor idea que invitar a su "amiga" a pasar la cuarentena junto con nosotros ya que estaría sola sino durante toda la cuarentena ya que no era de acá.

Volví al patio dejando solo a mi querido novio acarreando el equipaje de su amiga que no me caía para nada bien. Sinceramente no tengo idea de porque no me la trago, pero me da una muy mala espina.

- ¿Y el siete?- pregunto Khea.

- Adentro.- conteste entre dientes.

Agus estaba a punto de decirme algo hasta que todos escucharon pasos acercarse hacia nosotros que se trata ni más ni menos que del anteriormente nombrado junto con esa víbora que a él le gustaba llamar amiga.

Los doce pares de ojos se posaron sobre ellos para luego terminar finalmente en mí, un silencio incomodo reino el lugar y yo solo me limite a sonreírles falsamente a todos para luego levantarme e irme adentro.

(***)

- ¡No la quiero en mi casa!- grite histérica.

- Astrid, no seas así. Por favor. Dijiste que no te molestaba.- trato de calmarme Joaco.

- Si, que no me molestaba que salieras con ella. ¡Pero de la puerta de MI casa para afuera y una vez cada tanto! ¡Pero nunca dije que la podías traer a instalarse con nosotros!- grite más fuerte.

- Es una amiga amor. ¿Qué esperabas? ¿Que la dejara sola encerrada en su departamento en la cuarentena? No conoce a nadie.- trato de convencerme.

- Sinceramente, sí. Esperaba que hicieras eso.- camine y me encerré dentro del baño.

(***)

- En cualquier momento se te saldrán los ojos de orbita si la seguís mirando así de mal.- comento Agus mientras se sentaba a mi lado en el sofá.

Por un lado tenia razón, no podía dejar de mirar a la víbora esa que estaba sentada junto a mi novio.

- Es una víbora.- hable entre dientes.

- Lo sé, se le nota a leguas. Pero eso es lo que ella quiere. Generar un conflicto entre vos y Seven, no le des el gusto.- quiso convencerme.

- La quiero fuera de mi casa, que la agarre el coronavirus, que se muera, no sé. Pero no la quiero acá.- me cruce de brazos.

- Mira, lo que te proponemos con todas las chicas es no sacarle los ojos de vista en ningún momento. Mucho menos que este cerca de Seven. ¿Te parece?- ofreció.

Asentí repetidas veces sin soltar ni una sola palabra ni apartar mi vista de ella.

- Por favor, relájate.- hablo y luego me tiro del brazo hasta levantarme del sofá.

(***)

Las horas pasaron y a pesar de que las chicas habían hecho de todo para separar a Melisa de Joaco, no habían tenido éxito. Cada vez que la invitaban a hacer algo ella se excusaba con que estaba cansada o le decía a Joaco que aún no se sentía cómoda, que se iba a quedar junto a él ya que era la única persona cercana que tenía.

Juro que le voy a sacar los ojos con una cuchara.

Créanme que si ante pensaba que Joaco era medio tonto ahora pienso que es tonto completo. No puede ser que o se dé cuenta lo que la maldita esa está tratando de hacer. A no, pero después la paranoica es una.

- Esta ensañada con tu novio.- se acercó Brenda.-

- ¿enserio?- pregunte sarcástica.

- Ya, lo siento. No sé qué más hacer sinceramente, no se despega de él. Parece una garrapata.- hablo harta.

- Podría decirte que hasta pareciera que Joaco la va a llevar a dormir con ustedes.- se rio Male.

Belén le dio un golpe en la nuca y ella paro de reír al notar mi cara de pocos amigos.

- Más vale que a Joaquín ni se le ocurra que esa perra este cerca de NUESTRA habitación.- hable molesta.

- Uf, esto ya es un problema.- hablo Cazzu.

- ¿Porque?- pregunto Brenda confundida.

- Astrid nunca le dice Joaquín al siete.- comento nerviosa.

Escuchamos una carcajada y todas volteamos a ver hacia el living, donde se encontraban todos los babosos de los novios de mis amigas mirando divertidos mientras Melisa y Joaquín se la pasaban a carcajadas.

"STRONG." Seven Kayne.Where stories live. Discover now