Cinco.

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Astrid.

He vuelto a casa, la casa que habíamos comprado con Seven para formar una familia. Pero él no estaba y mi hogar, no se sentía como hogar.

Me tire en el gran sofá y como si se tratara de una maldita costumbre, abrí Instagram y lo primero que hice fue buscar el perfil de Joaco.

Y ahí estaban mis grandes y enormes sospechas, Seven había vuelto a fumar porro.

Salí de su perfil, bloquee el celular y lo deje arriba de la mesa ratona que estaba junto a mí. Pase mis manos por mi cara y trate de pensar en todo lo que había pasado.

La pérdida de nuestro hijo, la pelea, los shows de Seven, la falta de amor que hay en este lugar.

Yo amaba este lugar y me había aferrado a él porque era donde me veía con una familia formada y no quería romper mis ideas. Pero por más de que me he quedado, con el pasar de los días y la ausencia de Joaco, he notado que el amor y la visualización de una familia en este lugar se debía al hecho de tener a mi prometido a mi lado y no a una casa, era el quien llenaba este lugar de amor y ahora que no está, esta es solo una casa.

Me senté en el sofá, tome el celular y me pare para salir corriendo escaleras arriba. Marque el número de Joaco y comencé a llamarlo, pero nunca contesto.

Revise las historias de Seven para encontrarme que las últimas historias que había publicado eran del show de Chita en el Centro Cultural de San Isidro aquí en Buenos Aires. Y así como si Dios me iluminara el hermoso camino, tome mi chaqueta y baje las escaleras corriendo para salir en busca del amor de mi vida.

Tome un taxi porque sabía que me sería imposible llegar antes de que Joaco se fuera, ya que el show terminaba en 10 minutos. En 15 minutos el taxista me dejo enfrente del lugar, pague y como si se tratara de una pequeña niña que se va a comprar un juguete nuevo baje toda emocionada del taxi.

La gente salía a montones, pero como si el destino estuviera del lado de mi pequeño ser pude distinguir entre toda la multitud ese cabello rubio. Así que a paso firme y decidido camine hacia donde estaba, pero el destino pareció empezar a cobrarme todos los favores que me ha hecho y encima castigarme.

Seven no estaba solo.

Venía en mi dirección hablando animadamente con una chica bajita de cabello castaño y pareció no notar mi presencia hasta que casi me choca.

- Lo siento, no te vi.- dijo cuándo su cuerpo choco con el mío.

- Esta bien, no pasa nada. Yo tampoco te había notado.- mentí.

- ¿Astrid?- pregunto sorprendido.

- Hola Joa y...

- Melisa.- completo ella mí oración.

- Oh, lo siento me he colgado. Astrid, ella es Melisa una vieja amiga de Cordoba. Melisa ella es Astrid mi...- se quedó en silencio.

- Su prometida soy, eso. SU PROMETIDA.- le remarque a la chica mientras le extendía la mano.

- Oh, un gusto Astrid. Seven no me había comentado nada.- sonrió falsamente mientras me estrechaba la mano.

- Joaco o Joaquín.- le comente a la castaña.

- ¿Perdón?- pregunto confundida.

- Si, eso. Su nombre es Joaquín, pero le decimos Joaco. Va, así lo llamo yo y todos sus amigos, no por su nombre artístico.- le volví a sonreír falsamente.

- Bueno, como te decía. Joaco no me había comentado nada de que estuviera comprometido.- me sonrió sínicamente.

- Si, lo que pasa es que...- comento Joa.

- Lo que pasa es que hemos estado peleando y con todo esto más que seguro que se le olvido.- sonreí falsamente.

- Bueno, creo que deberías tener un poco más de cuidado. No vaya a ser que por peleas absurdas otra tome tu lugar. Digo, ¿Quién no quisiera a este bombón de novio?- señalo a Joa.

La muy perra estaba jugando conmigo, estaba esperando que yo reaccionara de mala manera o algo por el estilo. Pero no le iba a dar el gusto.

La mire fijamente a los ojos mientras agarraba a Joaco del brazo.

- Lastima que la única que se come a este "bombón"- hice las comillas con los dedos.- SOY YO.- se lo remarque con una sonrisa victoriosa.

- Yo tendría un poco más de cuidado si fuera tu.- me miro de mala manera.- Bueno Seven, seguimos por la cena que teníamos planeada.- se puso delante de él.

Mientras que yo detrás de ella miraba a Joaco con una cara de "Si te vas con ella te corto las pelotas."

- Yo me voy a ir yendo para casa ya, nos vemos. Un gusto a verlos visto.- me di vuelta.

- Si, como sea. Adiós.- contesto Melisa.

- Lo siento Mel, creo que acompañare a Astrid a casa.- escuche hablar a Seven.

Sonreí victoriosa y camine hasta la orilla con la mano levantada tratando de frenar un taxi.

Seven.

- Pero están peleados. ¿Porque la acompañas?- pregunto mientras se cruzaba de brazos.

- Porque dudo que cualquier hombre en su sano juicio deje ir al amor de su vida solo hasta casa a esta altura de la noche.- conteste mirando a Astrid.

- Bien, como quieras.- contesto molesta.

- Lo siento, prometo que te lo recompensare. Otro día salimos.- la mire suplicante.

- Bien.- espeto y se dio media vuelta.

Corrí en dirección hacia donde estaba Astrid hace 5 minutos atrás y la encontré a punto de subirse a un taxi.

- ¡ASTRID!- grite acercándome.

Astrid.

Me frene en seco al sentir a Joaco gritar mi nombre y sonreí internamente.

- ¿Qué pasa?- me voltee a mirarlo.

- Te llevo.- ofreció.

- Ya frene un taxi, pero gracias por la invitación.- le sonreí.

- Pero...- quiso protestar.

- Pero nada. ¿Sabes? Vine con la intención de arreglar las cosas, de pedirte que vuelvas a casa, que hablemos y tomemos una decisión en conjunto sobre la casa.- comente.

- ¿Enserio?- pregunto sorprendido.

- Si, pero ¿Que paso? Me encontré que a solo un par de semanas de avernos peleado has salido con una zorra.- dije molesta.- Que para colmo se dio el lujo de hacerme frente. De hacerle frente a TU - lo señale.- prometida.- me señale.- Lo siento Joaco, pero en estos momentos dudo querer que vuelvas a casa.- suspire.

- Solo hablemos, por favor.- suplico.

- Lo siento Joa, estoy cansada. Me voy.- subí al taxi y cerré la puerta.

- ¿Habrá alguna posibilidad de arreglar las cosas?- pregunto preocupado.

- No lo sé...- comente.

Le di mi dirección al taxista y este arranco, dejando atrás a Joaco. Que dolor me dio en el alma el no aceptar su propuesta de que me lleve a casa.

Saque mi celular del bolsillo y lo desbloque, abrí WhatsApp y busque el chat de Joaco.

WhatsApp.

Astrid (Bebeta.)

Como me gustaría haberte aceptado la propuesta de que me llevaras a casa. Pero sinceramente no creo que te lo merezcas. Hagamos algo. Gánate mi confianza y volveremos a ser como antes. Al fin y al cabo, tú fuiste el que salió con otra.

Entregado 11:23 pm.

Visto 11:25 pm.

"STRONG." Seven Kayne.Where stories live. Discover now