CAPÍTULO 10

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CAMILA POV

¿Por qué? ¿Por qué tenía que caer tan fácil ante sus malditos encantos? Ante sus caricias, sus besos, su más mínimo gesto me estaba volviendo loca. Se supone que tendría que estar con Demi y Cece teniendo sexo sin parar pero no, estaba acá sobre el escritorio de mi jefa siendo completamente follada por toda su magnitud y lo peor era que me gustaba.

De un momento a otro estaba sobre su escritorio, perdí la noción del tiempo y ya estaba completamente desnuda mientras que los dedos de Lauren no dejaban de envestirme con una fuerza y velocidad que nunca antes había utilizado en mí ¿seguirá enojada?... me aferraba con todas mis fuerzas a las esquina del escritorio mientras que Lauren hacía lo suyo.

-Eres mía Camila, mía – comenzó a besar mi cuello, a morderlo y succionarlo como si su vida dependiera de eso – eres tan caliente – Lauren dejó descansar su frente en mí y los movimientos de sus dedos se detuvieron, aún seguía dentro de mí pero la mirada de sus ojos transmitían algo que no había visto antes.

-Que… ¿Qué pasó? – ella solo me miraba – Lauren me estás asustando.

-¿En serio quieres esto? – su mirada bajó a mis labios.

-¿Qué cosa?

-Esto, lo que somos ahora, sexo casual sin compromiso alguno – Lauren sacó sus dedos lentamente de mi interior y gemí en el acto – Eres tan sexy – sus manos acariciaban mi abdomen.

-Creí… creí que esto era un común acuerdo, que era sexo por sexo y nada más.

-¿lo es? – su mirada volvió a subir a mis ojos.

-¿Por qué me preguntas esto?

-Porqué me di cuenta de cómo me mirabas mientras teníamos sexo en el sillón, como me tratabas, tu mirada en la ducha.

-¿Qué tiene que ver eso? – me levanté del escritorio, busqué mi ropa y me la coloqué lo más rápido que pude – No puedo creer que me hayas hecho venir para tener sexo y me hayas dejado con las ganas.

-Puedes irte y llamar a Demi – la quedé mirando – no te voy a despedir.

-¿Qué? ¿Eres bipolar o algo por el estilo? – ella frunció el ceño – hace una hora me  hiciste un show de celos afuera de un bar – ella se iba a defender y no la dejé – ni se te ocurra interrumpirme Lauren, ni mucho menos para decir que no porque tú y yo sabemos que es verdad – solo me miraba – después de eso me haces venir a tu casa, me follas contra la puerta como un puto animal sin sentimientos que quiere marcar a su presa y perfecto, lo lograste – comencé a aplaudirla – tengo marcas de ti en todo mi cuerpo que cada vez que mire al espejo y las vea me harán recordar lo estúpida que fui al aceptar esto.

-¿Te gusto verdad? – me quedé en silencio, Lauren se bajó del escritorio y acomodó su ropa, ordenó su cabello y se sentó en el sofá de su oficina con las piernas cruzada. Sabía que le dolía todo el cuerpo por lo de anoche y que por eso no dejo que la tocara – responde de una maldita vez.

-Supongo que mínimo me tienes que atraer físicamente para haber aceptado esto ¿no crees? – nos quedamos mirando – pero por lo visto no es tu caso.

-¿Qué cosa?

-Oh, ya basta – caminé hasta donde estaba  mi abrigo, me lo coloqué y la volví a mirar – no sé qué quieres, se supone que esto tenía que ser entretenido, desestresante, pasarla bien, risas pero se ha convertido en un problema y odio el sexo con problemas – caminé hacia la puerta y cuando la iba a abrir sentí la mano de Lauren sobre la mía, miré su rostro y seguía con esa mirada que era capaz de adivinar hasta mis más oscuros pensamientos – que… ¿Qué pasa?

LUJURIA - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora