CAPÍTULO 3

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LAUREN POV:

-Pensé demorarías aún más...- dijo Farith para luego verme.

-¿Por qué la expresión de admiración?

-Te ves muy bien... ¿A qué se debe?

-Siempre que me veas "muy bien" ¿se supone se deba a algo en especial?

-Mencionaste ayer que ibas a entrevistar postulantes para un puesto de secretaria en la empresa... Supongo es mujer...

-¿Qué pasa si es hombre?- alcé una ceja.

-Pues deberías ir a cambiarte, no deberías pasar casi todo el día vestida así al lado de un tipo que probablemente no resistirá a tener pensamientos impuros contigo...

-¡Vaya! ¡Tu machismo me sorprende!

-Solo digo algo que es cierto y evito te miren mal, es todo...

-Entonces, ¿tú crees que voy así para llamar la atención de mi secretario?

-¡¿Tienes un secretario?!

-No, solo estaba suponiendo...

-Entonces, ¿es mujer?

-Sí, igual no entiendo por qué no le temes a una mujer...-él comenzó a reír con lo que dije.

-¿Por qué debería importarme eso? Es una mujer...

-También podría tener pensamientos conmigo...

-Eso, si fuera lesbiana... Y si es así, no me importaría...- reía.

-¿Por qué?

-No serías capaz de caer antes los encantos de una mujer porque las lesbianas no son atractivas del todo...

-¿En qué mundo vives? Estás lleno de prejuicios, a veces cuando hablas así me da ganas de golpearte...

-Hey, solo digo lo que pienso, se supone tengo derecho de libre expresión, ¿no?

-Bueno entonces déjame decirte piensas como un idiota.

-Bueno, ya estuvo. Me alegra tengas una nueva secretaria, tengan aventuras amorosas y todo eso- comenzó a reír de nuevo mientras leía el periódico.

-No sé por qué te resulta tan gracioso...

-Porque sé lo muy heterosexual que eres amor- me sonrió.

-Sabes, ya me voy. Cuídate...-me dirigí hacia la puerta.

-No me vas a dar un beso de despedida... ¿Estás molesta?

-Olvídalo...- salí del departamento y cerré la puerta con mucha fuerza.

Una vez fuera del edificio por fin traté de tranquilizarme, Farith podía ser un gran profesional con un gran vocabulario, pero sus pensamientos retrógrados a veces me sorprendían. Era una persona llena de prejuicios, criado por una generación donde el machismo reinaba.

Después de tomar el taxi, me dispuse a revisar la rutina del día. Sin embargo, no pude evitar distraerme viendo las calles de New York. Podía divisar a una pareja de novios que estaban probablemente a desayunar juntos, sonreían... ¿Es que acaso no soy feliz? ¿Por qué no puedo estar con alguien que me haga sentir así?

-Señorita, ya llegamos...

-Disculpe, me he distraído...

-No se preocupe, suele pasar. Sabe, a veces es bueno despejar la mente mirando a través de la ventana- sonrió amablemente.

-A través de la ventana eh...-pagué el taxi e ingresé al edificio.

Subí por el ascensor, en el transcurso muchos me saludaban con gran nerviosismo como si de alguna manera les resultara intimidante. Cuando llegué a mi piso, pude ver a mi reciente ayudante dirigirse hacia mí.

LUJURIA - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora