¡Reglas Para Convertirse En Una Princesa Retorcida! (Durarara Fanfic - Izaya x Reader)

Regla #10

                                                Regla #10

 

Regla #10: Esta es la razón por la cual las princesas necesitan guardaespaldas todo el tiempo y estar completamente equipadas.

Kanya se sentó en su colorido asiento, balanceando sus piernas, y en eso entra el maestro que caminaba mientras hablaba.

—Ah, y recuerden alumnos, mañana es el día de traer a sus padres a la escuela. Ellos deben hablar sobre su trabajo, y así uno de ustedes quizás se motive a seguir uno de esos trabajos—habló el maestro con tono amigable.

Toda la clase, inmediatamente comenzó a hablar.

—Mi mamá trabaja en un hospital, ella ayuda a las personas enfermas—presumió una niña.

—Bueno… ¡Mi papá es bombero!

—Hey Kanya, ¿Qué hace tu papá? —preguntó la niña que se sentaba a lado de Kanya.

— ¡Mi papá es un informante, él sabe todo y de todos!  A veces mi mamá le ayuda con el trabajo,  y ella también sabe mucho—dijo Kanya orgullosa de sus padres por no ser como los demás.

— ¡Tu papá no sabe de nada ni de nadie! —dijo un niño vanidoso, su grupo de amigos estaba enfrente de Kanya.

—Si lo hace Erick, solo estas celoso porque mi papá es más genial que el tuyo.

—Apuesto a que ni conoce a Yuhei Hanejima—comentó una niña.

—Si lo conoce, también mi mamá y yo, porque él es el hermano de mi tío.

—Eso te lo acabas de inventar—habló otra vez el niño llamado Erick—Tu papá probablemente trabaja en una aburrida oficina.

— ¡No, no lo hace, él trabaja en casa y a veces se toma un descanso para pasar tiempo conmigo cuando quiera!

—Eres una mentirosa, nadie te cree—afirmó Erick, y toda la clase se comenzó a reír.

Kanya lo fulminó con la mirada, una que podría incluso rivalizar con la de su padre cuando este está desquiciado.

Cogió un recipiente de pegamento que estaba en su escritorio, se puso de pie y lo derramó en el cabello del niño, este dejó de reír, la miró horrorizado al sentir el pegamento derramarse desde su cabeza hasta su cara. Los otros niños comenzaron a reírse de él.

Kanya sonrió triunfante.

El la miró para después levantar la mano y abofetearla. Toda la clase se quedó en silencio, Kanya comenzó a sentir un ardor en su mejilla, sus ojos comenzaron a lagrimear. Incluso los ojos de Erick abrieron sorprendidos por su acción.

— ¡Erick! —gritó el maestro, igual de sorprendido por el comportamiento de su estudiante.

Kanya luchaba contra las lágrimas que comenzaba a fluir y formó un puño con su mano— ¡Tu, estúpido idiota! —gritó y lo tiró al suelo, los dos comenzaron pelear y a rodar por el suelo antes de que el maestro los separe.

*****

Kanya estaba sentada afuera de la oficina del director con una bolsa de hielo pegada n su mejilla.

Se podían escuchar gritos que provenían de la oficina del director, unos tranquilos y otros  frenéticos, junto con la voz del director tratando de calmar a los dos hombres.