La Caída del Muro de Europa

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Aquí en la ciudad algunos edificios son tan altos que están quebrados por la mitad y otros alcanzaban tal altura que cayeron, llevándose a otros en su caída.

A veces pienso en ellos como un ejemplo de la humanidad: construidos por hombres alcanzaron el cielo llegando a alzarse sobre todo, majestuosos; pero, como nosotros, cayeron. Porque queríamos mucho y todo nos importaba muy poco.

Nadie sabe cuánto tiempo ha pasado desde las explosiones, ningún sobreviviente se molestó en llevar la cuenta del tiempo en aquellos tiempos.

Algunos días podemos ver el cielo si nos esforzamos, pero la mayoría de las veces todo es oscuro y son pocos los rayos de sol que logran colarse entre el humo; aunque nunca tocan el suelo.

Rara vez escuchamos del resto del mundo, desde el otro lado del muro que rodea todo lo que es Europa rara vez nos llega algún mensaje. Generalmente solo nos informan del nivel de radiación de las diferentes regiones y vuelve a haber silencio en la línea hasta la próxima vez.

El muro estaba ahí desde antes de que las plantas nucleares explotaran, desde el final de la Tercera Gran Guerra. La mayor parte de Europa se había aliado con una potencia que se volvió contra ellos a mitad de la guerra. ¿Estados Unidos? ¿China? ¿Japón? Nadie sabía los detalles de ello en este lado del muro. O quizás estaba en uno de esos libros que los de los pisos más altos tenían, pero aunque estuviera, se negarían a compartirlo con nosotros, de la misma manera en que odiaban compartir todo.

Estar de este lado del muro ya es bastante malo, pero tener que vivir al nivel del suelo y tener que usar máscaras para poder respirar decentemente es peor.

Aquí siempre se pueden escuchar llantos y lamentos. En este nivel de la ciudad todo es oscuro siempre, la electricidad no llega aquí, ¿por qué debería? Los ricos no la necesitan en este lugar y no podemos hacerla llegar por nosotros mismos.

Sobre los llantos escucho un grito y alguien pasa corriendo a mi lado momentos después.

Alguien ha sido asaltado, pero nadie detiene al ladrón, yo tampoco, puede que incluso sea uno de mi grupo.

Una vez hubo algo llamado "policía"; no estoy segura de lo que era, pero según algunos su función era detener a todo delincuente. Eso quiere decir que si aún existiera nos tendrían que apresar a todos. ¿Quién sabe? Quizás este lugar es para ello, aunque lo más probable es que no.

Sobre el nivel medio, pequeñas naves siguen el curso del tráfico diario causando zumbidos al pasar.

Aquí abajo no tenemos de esos, de hecho aquí abajo la mayoría sólo tiene algunos bocados de comida y algunos ni siquiera eso. Para la mayor parte de los que viven aquí no hay esperanza, por eso es que queremos marcharnos, tirar abajo el muro que nos mantiene aquí dentro. Algunos no quieren hacerlo, preferirían vivir una vida miserable y larga aquí dentro que una vida incierta y quizás corta intentando escapar.

Robar en las viviendas de los del nivel medio no es fácil nunca. Quizás la policía ya no existe, sin embargo aún hay armas y nunca se puede saber de cuándo uno de los del hogar que estas saqueando posee una. También hay algunos vigías entre los niveles para asegurarse de que nadie entre a un nivel superior al propio.

Nadie del nivel medio o superior baja al nuestro nunca. ¿Por qué lo harían? Ellos tienen aire purificado y ven el sol a veces. Algunos aquí abajo matarían por algo que llevarse a la boca y por una máscara de gas serían capaces de cualquier cosa.

La pobreza hace cosas atroces a las personas. Bondad es un lujo que no podemos permitirnos, tomamos de dónde podemos o nos arrepentimos luego cuando no lo hacemos y alguien más aprovecha la oportunidad que dejamos ir.

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