¿Qué pasaría si no existiera la Luna? [REESCRIBIENDO]

5. Si ese es tu requerimiento mínimo...

"Lo efímero de un momento, siempre se hace eterno en la memoria". Héctor G.Alcívar

🌙

Decir que no estoy ansiosa sería una mentira muy grande. Intento, con todas mis fuerzas, controlar lo que siento en este momento.

Es absurdo que esté así por comenzar una actividad comunitaria, pero la intriga podría matarme aquí mismo si no me controlo.

Soy muy curiosa y sé que no debería serlo, más aún cuando tener tanta curiosidad me genera ansiedad. En definitiva no es bueno.

Me esfuerzo en volver a la realidad mientras hago líneas por todo el plano que hay sobre mi mesa de trabajo. La profesora de dibujo técnico nos dice los últimos consejos de la clase de hoy para lograr distribuir la casa que tenemos que diseñar.

Miro la hoja en mis manos. No está mal para ser el primer borrador.

Muerdo mi labio recordando que, en menos de una hora, estaremos camino al asilo Buenaventura.

Lo nuevo y desconocido puede causar estragos en todas mis emociones. Más aún cuando, por alguna razón, siento que algo bueno me espera. Creo que esto será divertido, dependiendo de cómo manejemos todo.

Nosotros. Un grupo de personas que no se conocen para nada. Al menos tengo a mi primo y a mí mejor amiga conmigo, aunque eso me hace sentir vigilada... pero lo entiendo.

Alzo la vista de mi dibujo y comienzo a ver al rededor del salón buscando a cada uno de mis nuevos compañeros.

A la primera que veo es a la chica de cabello negro y ojos azules. Está tan enfocada en lo que hace que su ceño se frunce cada vez traza una línea sobre el plano. Marie, si no me equivoco, está apartada de todos, como la mayoría del tiempo.

Dos filas a la derecha de ella está un chico castaño el cuál no conozco de nada. Da un bostezo largo mientras mide algo con su escuadra y poco tiempo después comienza a mover sus pies rítmicamente. La curiosidad me entra de nuevo queriendo saber qué canción escuchá en sus audífonos.

A su lado está una chica pelirroja compartiendo audífonos con él. Ella es más expresiva pues comienza a bailar sacándole una risa al chico. Sonrío viéndola, se ve relajada y feliz.

Al otro lado del salón, cerca del ventanal, se encuentra otro chico de cabello negro y anteojos con un marco del mismo color. Ya había estudiado con él antes, pero es tan tímido que no habla con nadie, literalmente. Daniel parece una caja fuerte, espero que algún día alguien pueda abrirla para ver cómo es en realidad. Algo me dice que esconde mucho de su personalidad tras esa imagen que tiene de no querer hablar con nadie.

Por último, detrás de Daniel, está Apolo. De nuevo, como casi siempre que le veo, la luz del ventanal cae directamente sobre él.

Esto se está volviendo ridículo.