Capítulo 16 - Baños sólo para discapacitados

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Charlotte POV:

Nunca he tenido un “increíblemente fantástico” primer día de escuela. Con el hecho de que, la mayoría del tiempo, se van por el mal lado. Pensadlo; nuevo horario de clases, nuevos maestros y nuevos rostros. Honestamente no entiendo que es tan maravilloso al respecto. Ahora, no me malentendáis, no es que no me guste la escuela o algo; es sólo que el primer día me molesta. Para mí, cualquier “comienzo” es un obstáculo en el cuadro.

Primeros días, primeros holas, primeras palabras, primeros besos, primeras citas… primeros adioses. Todos obstáculos, todas las cosas por las que tenemos que pasar en algún punto. El primer día de escuela es algo que pasa continuamente a lo largo de nuestras vidas académicas, las personas esperan por eso cada año, de una ansiosa forma que nadie entiende. Pero realmente, nadie quiere admitir que, bueno, son sólo días ordinarios. Es una de las únicas cosas que soy cínica al respecto pero tengo una buena razón que no me gustaría explicar ahora mismo.

Pero entonces hay días como hoy, el primer día de mi último año en la secundaria, donde la afirmación que acabo de hacer está muy, muy mal probada.

- Bueno, no te emociones tanto ahora. –Mi despectivo rostro se convirtió en uno divertido a la vez que sonreía. Stella me miró y sonrió antes de volver su mirada a la carretera. –Es sólo el primer día de escuela. –Carcajeé, extrañamente sintiendo el estrés fluir fuera de mi cuerpo.

- Lo sé, Stell. –Dije rodando mis ojos, molestándole. –Créeme, lo sé. –También carcajeó, su risa libre y abierta como siempre. Ella y Chad lo habían hecho hasta ahora, como siempre, aunque tardó un poco más llegar aquí.

- Bueno, quien sabe, ¿no?-Dijo, ahora haciéndose paso hacia el estacionamiento de la escuela. –Tal vez el hijo del presidente cambiará eso. –Me guiñó.

- ¿Quién es el chico del que me hablaste más temprano? –Dije, cambiando de tema. Stella obedeció, extrañamente.

- Blake Stone. –Dijo, su rostro endureciéndose en una leve forma a la vez que aparcaba. Fruncí el ceño.

- Ese es... –Me detuve. –Un fuerte nombre.

Un segundo pasó. Dos, tres; antes de oír una fuerte carcajada bordeando lo odioso pero nunca pasando los limites. La risa de Stella.

- No puedo creer que acabas de hacer un pun. –Dijo, apareciendo una lagrimilla en la esquina de su ojo. Sentí mi rostro sonrosarse.

- “Blake Stone” –Dije, probando el nombre en mis labios. –Es un fuerte nombre si lo piensas en una menos literal forma. –Stella rió mientras asentía.

- Supongo que tienes razón. –Dijo después de tomarse un momento para pensarlo y observarme directamente a los ojos. –Sólo no te acerques a él, ¿bien? Claramente no estuviste escuchándome sobre lo primero que dije sobre él pero la primera línea es que es un problema. –Asentí, frunciendo el ceño a causa de tanta seriedad.

- ¿Cómo sabes de esto? –Pregunté, curiosa.

- Chad me ha dicho. –Dijo, simplemente. ¿Entonces como lo sabe él? Pensé en mi mente. Observé como Stella quitaba su solemne expresión antes de voltearse hacia mí con una deslumbrante ahora. Conocía esa mirada, casi tan bien, gruñí. – ¡Vamos, entonces! –Abrió la puerta de su auto y la cerró, realmente queriéndolo. –Tienes que salir en algún momento. –Cogiendo mis cosas, salí, evitando las miradas que estaba recibiendo mientras seguía a Stella hacia el edificio.

Nuestros casilleros estaban el uno frente al otro, como habían estado desde que llegamos hasta la secundaria. Tomé una profunda respiración mientras caminaba hasta el mío y Stella hacia el suyo porque las miradas que estábamos recibiendo se hacían más incomodas con cada minuto. Normalmente, mi día pasaría común pero considerando lo que Yahoo! Había decidido por difundir y anexado el chisme asociado con la secundaria propia, era difícil no hacerlo.

His Number /En pausa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora