M.C

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Amor, amor, amor.

Cariño mío.

Tic tac, tic tac, suena el reloj el que marca la espera, de unos ojos dormidos, de estos ojos mios cansados, de malas noches, mala vida la que yo me cargo.

El café marca las cuatro, luego cinco y seis, mientras las horas van nadando en la marea del cansancio, puedo deterneme a imaginar, como nosotros los poetas, imaginar con la realidad de un viernes por la tarde.

Besar los labios suyos, de mi amado verdadero, que sin duda alguna los extraño, pues son la clave ausente en lo mios ya secos; mirar los ojos suyos, que atrapan lo pequeño de este mundo tan sucio y miserable. Pero aun sobre todo, tomar la mano suya con la mía, y dormir junto su pecho que como el mío, estan cansandos de amar por la vida a la antigua, en una época muy consumida por las almas vacías.

Un día, mi amado me espera, un día, yo espero a mi amado... como un siglo hemos de esperarnos cuando aun el reloj ha marcado pequeños pasos...

Poe SeaWhere stories live. Discover now