|seis|

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Camila paseaba por toda la habitación de Ariana. Se frenó delante de un mueble lleno de maquillajes, tomó un estuche en sus manos y lo observó detenidamente.

—No vas a convencerme, no iré.—La castaña seguía insistiendo en ir a una fiesta, que sin dudas, Camila no estaba interesada.

—Pero Mila...—Cruzó sus brazos y formó un adorable puchero.—Prometo que si te aburres, nos iremos de inmediato.

Camila observó los labios de la castaña por un momento, no lo hacía intencionalmente, sólo sucedía. Posó su mano derecha en su mentón fingiendo estar pensando.

—Sólo lo hago porque soy tu amiga.—Ariana saltó hacia ella y la asfixio en un abrazo.—Ugh...me estas matando.—Trató de apartarla, pero fue en vano.

—Te quiero, te quiero...

...

—Este lugar apesta.—Arrugó su nariz simulando una mueca de repulsión.—¿Sabes que lo resalta?

—¿Qué, Mila?—La castaña respondió mientras observaba todo el lugar, que se encontraba con una luz escasa que apenas dejaba notar a las personas.

—Tu presencia.—La observó por un segundo para luego giñarle un ojo, Ariana no pudo evitar soltar una gran carcajada, que de igual manera fue tapada por la música que resonaba en todo el sitio.

—Por dios...—Su risa no cesaba.—No puedo creerlo, ¿donde aprendiste esas cosas?

—Ari, no soy tan estúpida. Ademas, miró muchas películas.—En su rostro podía mostrarse cuan satisfecha por su respuesta estaba.

—Eres tan linda.—Se mordió el labio inferior observando el rostro de Camila por unos segundos, hasta que recordó el comportamiento estúpido de su novia ¿Cómo alguien no valoraba a una mujer como Camila?—¿Sabes? No lo entiendo, trato de comprenderla, pero es tan ridículo lo que ella hace contigo.

Camila la miraba con una mueca confusa, no sabía de que hablaba su amiga.

—¿De que hablas, Ari?

—Olvídalo.—Soltó un suspiro.—Voy por bebidas, ¿me esperas en ese lugar?—Señaló una mesa en el centro del lugar. Camila asintió sin problema y comenzó a caminar.

Mientras pasaban los minutos Camila observaba con adoración la luces de neón instaladas en la gran habitación. Pero en un momento específico creyó ver una silueta muy familiar, frunció el ceño y se levantó de su asiento llendo hacia esa figura.

Al llegar a ese sitio se encontró con una escena que la sorprendió en su totalidad. Su novia estaba sentada sobre el regazo de un hombre. Nunca antes la había visto con una figura masculina.

El chico tenía un cabello muy peculiar, que provocó una pequeña risa en ella, pero tapó rápidamente su boca, no quería ser maleducada. Lauren le había enseñado modales para, según ella, no avergonzarla.

La morena se acercó a la pareja con una sonrisa en su rostro, estaba contenta con la idea de nuevos amigos. Frenó frente a ellos.

—Hola, Lolo.—Saludó con el entusiasmo de una niña pequeña, moviendo su mano frenéticamente.

Lauren perdió todo color de su rostro, lo poco que tenía. El hombre a su lado la miro confundido para luego posar sus ojos en la morena que aún sostenía su sonrisa, la miró con asco y arrogancia.

Su brazo se aferró con posesión a la cintura de Lauren, cosa que no paso desapercibida para Camila quien cambió rotundamente su sonrisa por una mueca de enojo y disconformidad, pero Lauren notó algo más en esa mirada, pudo ver decepción. Y eso provocó que su estómago se revolviera y su pecho se apretara, jamás había visto eso en esos ojos marrones.

—C-camila, ¿qué haces aquí?—Al principio su voz salió cortada, pero la pregunta sonó más dura de lo que debería, y todo lo notó cuando vio en los ojos de Camila una fina capa de lágrimas que estaban a punto de liberarse.

—Y-yo sólo te vi y, y quería...—Lauren la cortó.

—¿Puedes una vez en tu vida hablar bien? Tus estúpido tartamudeos te están dejando como una idiota.

¿Esa era su novia Lauren? No podía entenderlo, ella jamás la había tratado de esa forma.

Un nudo se había formado en la garganta de la morena, quería correr y llorar. Hasta necesitaba un abrazo de Lauren y que le dijera que todo estaba bien, que nada de eso era real, que ella jamás diría esas cosas feas de su amor.

Pero lo único que obtuvo de ella fue una carcajada, vio su figura algo borrosa, debido a las lágrimas, levantarse de las piernas del hombre, y por un momento pensó que recibiría ese abrazo esperado, pero esos mismos brazos la empujaron de manera tan brusca que su trasero golpeó con el suelo.

Y las lágrimas no se hicieron esperar, corrían rápidamente por sus mejillas, humudeciendo cada parte de su rostro.

Lauren la vio tirada en el suelo con ese llanto desconsolado y se arrepintió tanto de lo que hizo, ella misma estaba a punto de llorar por la puta locura que cometió. Estaba lista para correr a sostenerla y socorrerla, cuando sintió unos brazos rodear su cintura para luego voltearla y besar sus labios de una manera brusca y asquerosa.

➳ no exclusivas; camrenWhere stories live. Discover now