➳ no exclusivas; camren

|uno|

—¿Lauren?—La morena estaba rodeada por los brazos de "su novia".

—¿Sí, bebé?—La ojiverde se inclinó un poco para llegar a los labios de la pequeña y dejar un tierno beso.

—¿Ayer estabas besando a una chica?—Camila no quería hacer enojar a Lauren, por eso estaba actuando algo tímida, aunque ella siempre lo era.

El rostro de Lauren se volvió culpable, pero al ver que Camila no parecía molesta lo cambió a confusión.

—Si...—Camila sonrió un poco, pero parecía una mueca de tristeza.—De eso quería hablar...—La morena se acomodó mejor en el regazo de Lauren y comenzó a prestarle verdadera atención.—Camz, nosotras no somos exclusivas...

—Oh, ¿que significa?—Preguntó inclinando su cabeza, parecía un cachorrito muy tierno. Lauren no pudo evitar sonreír, Camila era una persona hermosa, tan dulce y vulnerable. Por eso se sintió mal al saber que lo que le proponía no era digno para una relación.

—Que podemos besar a las personas que queramos.

—Entonces...—Se quedó un momento pensativa hasta que se le vino a la mente algo, parecía que de verdad la animaba porque su sonrisa se extendió por toda su cara.—¿Podré besar a Ariana?

La cara de Lauren se volvió un poema, no pensó que Camila tuviera deseos de besar a alguien más, y de ninguna manera se imaginó que eso le doliera tanto. Sintió algo en su pecho, su rostro comenzó a calentarse y su cejas se fruncierón, creando una mueca que sin duda desbordaba molestia. Pero antes de poder decir algo la voz de Dinah la interrumpió.

—Claro que si, Mila.—La polinesia observó el rostro molesto de Lauren y colocó el mismo.—Si ella lo hace, tu también puedes.

Lauren nunca en su vida pensó que la respuesta de Dinah animará tanto a su novia. La pequeña saltó de su regazo y comenzó a dar pequeños saltitos hasta llegar a su amiga y tirarse a sus brazos formando un abrazo.

—¡Si, si, si!—Gritaba dando pequeños aplausos. La sonrisa de Dinah podía notarse hasta el otro extremo del país. Pero el rostro de Lauren echaba fuego, chispas que hasta podían crear un incendió.

—¡No, tu no puedes besarla!—Eso bastó para que Dinah la mirará como si quisiera asesinarla. Y Camila dejó de festejar, la sonrisa de sus labios se iba transformando en un adorable puchero.

—Ella si puede hacerlo.