NO ME GUSTA QUE ME TOQUEN

160 3 0
                                    

Es cierto, tal vez exagero y es porque suelo ser minucioso al observar hechos y al escuchar palabras. Tal vez sea un defecto, pero en muchas ocasiones me ha hecho tomar el camino correcto, dejando que todo lo observado me haga acercarme a una persona o alejarme de ella para siempre.

Me encoleriza mucho, es cierto, tengo paciencia y no suelo aguantar muchas cosas, esto lleva a varias cuestiones y contradicciones sobre mi, lo sé. Pero aun así quiero contarles lo que me pasó hace unos años.

Estaba cursando mis estudios como Ingeniero industrial y como todo chico que empieza una carrera al inicio es solo estudiar, pasear con los nuevos amigos, ir al cafetín y tener buenas pláticas, salir los sábados y divertirse un poco. Estaba soltero ya bastante tiempo y la misma rutina hizo que las interacciones sociales se profundicen. Pronto nacieron gustos y meses después me enamoré.

Acabé el segundo año de mi carrera, enamorado. 

Las vivencias cambiaron. Ya no éramos un grupo, fiesta los sábados, etc. Ahora, solo dos.

Pasó el tiempo y todo marchaba bien, por lo menos nada grave había pasado en los 10 meses primeros, pero, siempre tiene que llegar algo y el único argumento que encuentro es decir que la vida es así. Yo, por supuesto, seguía siendo un total analizador de lo que observaba y percibía en lo que podía, de mi y de ella.

Un día nos invitaron a una fiesta. Habían personas conocidas, desconocidas y amigos.

Tiempo atrás ella me había dicho que era celosa, como creo que son la mayoría de chicas, entonces, tuve cuidado ese día. Solo baile lo que debí bailar y con amistades. También bailé con ella de por ley. Algo pasó que no recuerdo, pero en un momento, nos distanciamos y no me refiero a estar disgustados, sino que ella terminó al otro extremo del círculo donde estábamos.

Bueno, no le tomé importancia y fui por un trago. Una amiga se me acercó y me preguntó cómo estaba y fue porque notó el alejamiento.

- Estoy bien - le dije.

- ¿Bailamos? - me dijo estirando su mano.

- Vamos- respondí.

Me puse de pie cuando, de manera inesperada, cambiaron la música. Un género tan horrendo para mí que ni siquiera lo mencionaré. Me trae desagradables recuerdos.

Me detuve para rechazarle la invitación a mi amiga, cuando de pronto divise por culpa de mis ojos inquietos que la persona más apreciada para mí estaba bailando con un chico. Definitivamente era desconocido.

Vino a mi cabeza entonces un enojo como de celos, pero son tan triviales los celos ante los pensamientos que se alojaron en mi cabeza en ese entonces que...

Recordé todo lo dicho y hecho por ella antes de esa tarde noche.

Recordé como odiaba que siquiera un desconocido le rose, gestualizaba negativamente cuando alguien desconocido y hasta conocido, le tocaba. Siempre le escuchaba decir en esas ocasiones: "No me gusta que me toquen". Seguía furioso, solo pensaba en lo desconsiderada que estaba siendo y lo tan contradictoria que se veía ahora, así, con un tipo que le tomaba la mano y la cintura.

Esa noche, cuando se despidió, le volteé la cara.

Las siguientes horas fueron de alcohol y resentimiento.

Nunca le di explicaciones, nunca le dije lo que sentí. Ya ha pasado mucho tiempo y espero siga preguntándose los porqués de mi alejamiento.

Y ella que se creía tan correcta...


CONTRADICCIONESWhere stories live. Discover now