28. No te vamos a abandonar

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Había pasado una semana, una semana en el que las cosas se calmaron al menos un poco, pero para mi desgracia mis amigos y los demás anunciaron que se retirarían por dos meses para terminar al menos un trimestre. Y el único instituto de la ciudad era al que asistía, no habían cambiado mucho pero ahora ellos eran lo mejor y yo estaba en lo más bajo. Luke me sonreía de vez en cuando para darme ánimos pero no funcionaba estaba totalmente destrozada, la barbie de turno cuyo nombre es Paula –abreviado puta– me hacía la vida imposible, como por ejemplo hacerme caer en medio pasillo por que la señorita pone un pie en mi camino. Sean no me mira, no me habla, se aleja y se mantiene alejado.

Cogí mi camisilla negra, mi suéter gigante gris que me llegaba a las rodillas, mis vaqueros azul oscuro y por fin unas zapatillas. No me arreglaba el pelo, simplemente me ponía un gorro que me había comprado en Sydney. Bajé las escaleras y no había nadie, seguro que mis padres estarían durmiendo después de un largo viaje y mi hermano quizás hubiese cogido el autobús escolar. Cogí mi bolso y salí de casa cerrando despacio la puerta.

Llegué a la entrada y ya empezaban los insultos, las risas, los empujones, las bromas, los motes… Las miradas… Ya no era la chica que cantaba, ya no era la chica que era atrevida, ya no era la chica de LOL, ya no era la chica de Sean… Ahora era, la chica que llaman zorra. Llegué a mi taquilla y me enteré entre susurros que Sean la había cambiado, que ya no estaría al lado de la mía. Entonces escuché risas al final del pasillo y los vi, él sonreía feliz, como si ahora lo fuese y Paula halando de su brazo entrelazado al suyo, hacían buena pareja pero el pecho se me estrujaba con tal fuerza que me costaba respirar de nuevo. Una mano agarró mi hombro haciéndome girar sobre mis talones.

–Hola mi princesa Llama. – Dijo con una sonrisa y esos ojos tan diferentes que él tenía.

–Hola… – Dije casi en un susurro, noté su mirada, un escalofrío me recorrió la espalda y Ash me miraba preocupado.

–¿Estás bien? – Asentí, no podía hablar sino me derrumbaría. – Creo que necesitas una visita del doctor cosquillas. – Dijo alzando una ceja divertido, me sorprendí y al segundo me empezó a hacer cosquillas por mis costillas. – Así, así, quiero ver esa sonrisa tan bonita que tienes. – Cesó y mostró una expresión alegre. – No dejes que esa sonrisa se estropee por alguien que no te merece. – Sonreí correspondiendo a la suya, el era un gran amigo, el era como mi hermano pequeño pero en el instituto.

–Sí… – Susurré algo contenta. Entonces alguien me tapó los ojos viendo solo oscuridad, me halaba un poco hacia atrás hasta que quité sus manos, me giré y la vi.  –S-Sarah.

–¿Qué hay, Chris? – Preguntó con una dulce sonrisa. La abracé con fuerza y ella me correspondió. – Yo también te quiero. – Rió me separé y le sonreí.

–Te eché de menos. – Por su hombro derecho se asomó una cabellera familiar, me asomé y tiré de su oreja haciendo que este gimiera de dolor.

–Vale, vale, entendido, no me esconderé detrás de Sarah nunca más. – Dijo casi rogando para que le soltara, cumplí y dejé que se restregase la oreja. – Me alegro ver que estás bien eh.

–Sí… – Alargué la última vocal y me encogí. Blacke posó su brazo en mi hombro y Sarah se puso a mi lado.

–Todo estará bien ¿sí? No te vamos a abandonar. – Dijo para tranquilizarme Sarah mientras caminábamos por el pasillo. Sin embargo me acordé que la que los abandonó fui yo, que soy una egoísta, que me merecía que me dieran la espalda. Soy estúpida.

Way of looking. || L.R.H       [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora