25. ¡No es mi culpa que aún me gustes!

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No me dio tiempo de seguir cuando él había vuelto devorar mis labios con pasión, me mordía el labio inferior y me empezó a volver loca, ¿por qué? Yo amo a Sean, es, es… No sé que tiene pero me gusta, y él es a quien único debería gustarme. Pero… Me siento débil ante esos feroces ojos azules que me miran y esos labios que recorrían los míos. Mis manos se mantuvieron en su pecho, intentaba alejarlo pero no podía, era fuerte o al menos lo suficiente mente más que yo.

–Para… – Dije casi sin respiración. – Esto está mal, yo… A mí me gusta Sean. – Tartamudeé mientras el mordía el lóbulo de mi oreja.

–No creo que se entere… – Susurró, le aparté y el no volvió se quedó a un paso de mí, le pegué una cachetada.

–Sabes cuantas veces, ¡cuántas! Soñé con esto, tu y yo, pero no… Tú querías ser solo mi amigo, y yo como una tonta acepté. Además te apoyé con lo de tu amiga. – Las lágrimas se camuflaban con las gotas de lluvia que resbalaban por mi frente hasta ambas mejillas. – ¡Eres un gilipollas, Hemmings! – Le grité antes de irme corriendo hasta mi casa, seguía lloviendo y por una extraña razón el agua se había vuelto más fría que antes, el corazón lo tenía a cien por hora, y mi mente estaba atormentada.

(…)

Pasaron dos días, y no sabía nada de nadie, mi padre se había vuelto a ir de viaje y estábamos Calvin y yo en el salón, era casi la hora de la comida pero a decir verdad no me entraba hambre desde esa ocasión, andaba por la casa como una zombie todo el día, en pijama y zapatillas, a veces mi hermanito entraba en mi habitación y me hacía compañía.

–Hermana, hermana. – Dijo señalando a la televisión a, no, ¿qué? Era Ash y los demás. Subí el volumen e hice callar a Calvin.

Sí, el lleva desaparecido desde después de concierto. – Afirmó Ashton mientras miraba a los demás, Calum estaba con la mirada fija a sus pies y Michael evitaba los flashes de cámaras.

Noticias de última hora, tal y como han escuchado hace pocos minutos el famoso Luke Hemmings ha desaparecido sin dejar rastro de posible secuestro. Aquí Andrea Millian informando del caso. – Se tocó el micro de su oreja y cortaron la conexión.

Estaba atónita mirando la televisión que no me di cuenta que Cal me llamaba, salí corriendo evitándole y abrí ese cajón que nunca debí abrir, ese en el que guardaba lo que lleva un mes apagado. Mi viejo móvil. Lo encendí y estaba con la batería a pleno rendimiento. Busqué entre contactos, y ahí estaba, pulsé aquel botón verde con el símbolo de un teléfono y esperé a esos pitidos.

–Cógelo, cógelo… – Murmuraba dando vueltas, de la puerta asomaban los ojos de Cal, curiosos y algo preocupados.

–¿Chris? – Escuché su voz y suspiré de alivio.

–¿Dónde estás? – Pregunté sin dar explicación.

–Emh…

–¡Dilo, quiero hablar contigo ahora mismo! – Le chillé, él con rapidez me dio la dirección de un hotel. Colgué y me vestí con lo primero que encontré, una falda, una camisa pegada negra por encima de la barriga y unas botas.

–¿A dónde vas? – Dijo Cal en la puerta.

–Voy a ver un amigo, y tú vienes conmigo. – Asintió y fue a dejar sus juguetes de nuevo en la habitación. Me arreglé el pelo con rapidez haciéndome una cola y corrí escaleras  abajo. Cal bajó poco después y lo cogí en brazos cargándolo hasta una parada de bus.

Menos mal que los menores de diez años no cobraban por ir en bus, llegamos frente un edificio algo ruinoso, con paredes beige desgastado y ventanas rotas, Cal se agarró a mi pierna con miedo y yo le acaricié el pelo.

–Tranquilo… Será un momento, te lo prometo. – Él asintió y le cogí la mano para empezar a adentrarme en ese extraño edificio, era un hotel de mala calidad, no había nadie n recepción a sí que aproveché y corrimos escaleras arriba.

Llegué a la planta y golpeé la puerta con fuerza con ganas de que la abriera y me explicara por qué desapareció tan de repente sin avisar a sus amigos. Me abrió con ojeras bastante notables, un poco de barba de dos días y desaliñado, le empujé hacia dentro y cerré la puerta, le dije a Cal que se sentara en el sillón que estaba cercano a allí y me llevé a rastras a Luke a una habitación que creo que era el cuarto.

–¿Me quieres decir por qué desapareces sin avisar? Me enteré hace una hora, ¿a caso no piensas en los demás? – Le pregunté, el se sentó algo parado en el colchón deshilachado.

–¿Por qué debería importarte a ti eso? Aquel día dijiste bien claro que era un gilipollas. – Agachó la cabeza, sí, tenía razón pero…

-¡No es mi culpa que aún me gustes, idiota! – Le grité en toda la cara casi aguantando las ganas. – ¡Estaba preocupada! ¡Tanto que te llamé desde mi móvil que lleva apagado desde que despegué de ese avión!

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N: ¡EY! ¿Qué les pareció? Juajuajuajua... Besitos de Luke y de Chris... ¡Awww!

La verdad es que me costó mucho poner su beso, ahora sí, las cosas se van a complicar y ustedes lo saben. Espero sus comentarios! (Al menos 1 :'c snif snif)

Way of looking. || L.R.H       [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora