Mi amiga "Mer"

84.2K 6.3K 3.4K
                                    

Capítulo tres

Alix

Salí de mi casa esperando encontrarme a Ethan fuera de su casa y sí estaba fuera de su casa pero no me estaba esperando como de costumbre, no desde la partida de Abril, ahora mi mejor amigo parecía un zombi. Y me ignoraba. ¡Me ignoraba!

Tampoco sonreía y en el trabajo ¡trabajaba! En las tardes que íbamos a jugar futbol o baloncesto no lo hacía con su habitual ánimo. Me estaba volviendo loca, extrañaba verlo sonreír y que me regañara todos los días por estar comiendo en horas de trabajo. Pero más que nada extrañaba pasar tiempo con él.

Solté aire y volví a llenar mis pulmones para poder gritarle y asegurarme de que toda la cuadra también escuchara.

—¡Ethan! —grité y casi me muerdo la lengua.

¿Por qué tenía que tener un nombre tan difícil de gritar? Es que era molesto, su nombre no se pronunciaba “Itan” ni tampoco “Izan”, más bien era una mezcla difícil de explicar, como si la lengua pegara en los dientes superiores al momento de pronunciar la “T” y dejara salir un silbido que acompañara a esa letra para finalizar su nombre con la lengua pegada al paladar dejando la boca ligeramente abierta que parecía ser una sonrisa. Incluso su nombre era una sonrisa. Por eso él debía sonreír y era importante para mí que lo hiciera.

Como sea, a pesar de mis esfuerzos por intentar gritar su nombre correctamente él me ignoró, seguro estaba perdido en su mundo y no me había escuchado. Intentaba entenderlo, yo nunca había tenido un novio así que nunca había atravesado por esa difícil etapa de poner fin a un noviazgo pero estaba segura que debía ser algo feo. Pero no debía ser tan feo como para ignorar a su mejor amiga de la infancia.

Me incliné para quitarme mi tenis del pie derecho y empecé a dar saltitos por la calle para acercarme más a Ethan, cuando lo tuve a una distancia adecuada le lancé mi tenis con la mejor puntería que pude y este pegó en su espalda. Sacudió su cabeza y volteó hacia mi dirección.

¡Lo desperté! ¡Yujuu!

Se inclinó para levantar mi tenis y caminó hacia donde yo estaba de pie.

—Lo siento —dije, pero en verdad no lo sentía—. Se salió de mi pie.

En su rostro se formó una sonrisa torcida, no era muy real pero al menos era lo más similar a una sonrisa desde hacía una semana.

Se inclinó frente a mí y me puso el tenis, al principio no me importó porque simplemente ese tipo de cosas no me importaban pero cuando uno de nuestros vecinos se quedó viéndonos como si fuéramos una pareja de enamorados interrumpiendo su tarea de regar el patio pues…

—Puedo ponérmelo yo sola —dije moviendo mi pie para que lo soltara. No lo hizo.

—Seguramente tan bien como lo hiciste cuando te lo pusiste y por eso salió volando a mi espalda —de nuevo su sonrisa.

—La agujeta estaba un poco floja —me excusé.

—Vamos al trabajo antes de que se haga más tarde.

—Sip —dije tomando su mano aunque él ni siquiera me la había ofrecido, no hacía falta que lo hiciera, él me tomaba de la mano si quería y yo hacía lo mismo, si quería abrazarme podía hacerlo también, no necesitábamos pedirnos permiso porque ya nos conocíamos. Así éramos, conocíamos el significado de cada uno de nuestros silencios, de nuestras risas, de todo.

Me di una palmada en la frente y volteé a ver a mi tío para fulminarlo con la mirada.

Catch me baby (KMB Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora