Capítulo 18.

6.3K 251 14
                                    

La tensión se palpaba en el ambiente. Se mandaban dagas con la mirada y yo no sabía que hacer, estaba nerviosa, pero no quería hacerlo saber.

- Intenta golpearme si eres tan valiente - dijo Isaac, dando un paso adelante acercándose a Matías.

-¿Quieres comprobar que tan valiente soy? - dijo retándolo y cerrando sus puños.

-Ya es suficiente - hable hacia Matías poniendo mi mano en su pecho para que no se acercara.

- O se va él mismo o lo saco yo de aquí a patadas - Nos advirtió a ambos de una manera intimidante. por lo poco que lo conocía podía saber que lo haría sin importarle las consecuencias.

- Isaac, vete, no tenemos nada más que hablar - dije y su mirada fría se me clavó.

- Está bien, pero esto no queda así- dijo mientras se iba con ciertos desaires.

- Eso es vete de aquí - habló Matías casi gritando sosteniéndose para no propiciarle un golpe.

Fui detrás de Isaac para cerrar la puerta detrás de él. acabe por cerrar la puerta de manera silenciosa y al intentar volver a mi habitación me topo en la sala con un Matías más enfadado que nunca.

- ¿Eres consciente de que ese imbécil lo único que quiere es acostarse contigo? - dijo del tirón y empecé a enfadarme.

- ¿Y a ti que diablos te importa lo que quiera hacer conmigo? - dije pese a que no me agradaba la idea de que tuviera razón en ese aspecto.

- Claro que me importa. Eres mi.. - dijo dudoso- Eres mi puta apuesta.

- ¿Enserio?¿ Me estás diciendo que eso es lo que soy para ti? - dije indignada y realmente dolida. no pensaba que me iba a decir que sería su mejor amiga, pero si su compañera de piso, al menos. pero no, siempre tenía que meter la pata.

- Natalia.. no quis..- lo interrumpí

- Mira déjate de chorradas - dije en dirección a mi cuarto - ¿sabes qué? - pregunté girándome en su dirección desde el pasillo - La ridiculez de apuesta acaba aquí, tu ganas. ¡Felicidades!

Esta fue la ultima conversación que tuvimos en un par de semanas. ni un "hola", ni una mirada, nada, absolutamente nada. De vez en cuando nos veíamos en el campus Universitario, pero nada más lejos de eso, a distancia, él por su lado y yo por el mío, ni si quiera coincidíamos apenas en el piso.

(...)

Tres semanas después

Han habido novedades en este tiempo. Gracias a Elías y a mi hermano Jorge he conseguido ingresar en el grupo de deporte de contacto, soy buena, ya que nunca he dejado del todo de practicar este tipo de deporte. Aunque aún me estaban enseñando. Mi profesor es Elías, el cual se ha convertido en mi mejor amigo aquí, y me está enseñando mucho más de lo que ya sabía. Jorge me acompaño a secretaría para pedir el traslado de habitación y poder vivir con él, y supuestamente en esta semana tendría la notificación de aceptada o rechazada. Espero que aceptada ya que no quiero seguir viviendo así por lo que queda de año.

***

Era lunes por la mañana, y para no perder la costumbre era el despertador el culpable de que me levantara sobresaltada.

Las ojeras habían aparecido debajo de mis ojos a consecuencia de pasar casi toda la noche desvelada. Matías había hecho una pequeña fiesta y la música me molestaba, pero me negué a salir y entablar conversación con él.

Tomé una ducha, haciendo un intento para poder espabilarme de la pereza y el sueño que se apoderaban de mi. Me vestí rápidamente y me dirigí a la cocina para desayunar algo antes de ir a clase, o de lo contrario me desmayaría sin dudarlo.

¿Él y yo bajo el mismo techo?Where stories live. Discover now