Capítulo 5

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- ¿ estas bien? - se acerca a mi y pasa sus dedos por mi cuello. Por su rostro me percato de que tiene que tener unas marcas horribles.

-Me.. me quiero ir de aquí – se me queda mirando y pasa su mano por mi cintura haciéndome caminar a su lado.

-Ana, recoge su cartera y ven con nosotros – dice Matías a Ana, la cual sólo había ido a avisar al de seguridad. Ella obedece y salimos fuera del club.

Me lleva hacia su coche y me acomodo en el asiento del copiloto, mientras que Ana da media vuelta al coche y se sienta en los asientos traseros. Matías entra y arranca su coche mientras que en él hay un silencio inexplicable. A lo largo de todo el camino ha habido ese silencio tan incomodo que había al principio. El coche se detiene y cuando miro por la ventanilla de este me doy cuenta de que estamos en el primer edificio que supongo es el de Ana, ya que esta se despide de nosotros y sale del coche como alma que lleva el diablo.

-¿No vas a decir nada? - niego con la cabeza y el continua conduciendo.

Llegamos a nuestro edificio y lo único que hago es salir en paso rápido dejándolo un poco atrás. Ya estamos en nuestro piso y al abrir la puerta corro para encerrarme en el baño.

-Natalia.. ¿puedes salir? - continúa tocando la puerta. Hasta que deja de insistir y siento sus pasos alejarse tras la puerta.

Tras un rato ahogando mis lagrimas apoyada en la puerta del baño, me levanto y me lavo el rostro. Deshago mi coleta y abro el pestillo del baño ya con el pelo suelto. Matías sale de su cuarto al sentir la puerta sonar. Se acerca a mi cautelosamente y coloca sus dedos en mi cuello. En ese momento un escalofrió recorre todo mi cuerpo. Quizás por que se como de mal están las marcas en él.

-Mañana habrá desaparecido, ya lo veras – dice - ¿te duele? - pregunta aún con la vista y la mano en mi cuello, la cual noto que la tiene ensangrentada debido a los golpes que le propicio a ese hombre.

Cojo su mano de mi cuello y la retiro haciendo que el quede algo desconcertado.

-No, ahora no me duele – digo y el me ofrece una media sonrisa algo triste – ve a la sala, ahora voy.

Me meto de nuevo en el baño y busco el botiquín de primeros auxilios que todos los pisos tenían. Lo encontré. Salgo del baño y me dirijo hacia la sala donde Matías esta apoyado en la pared mirando por la ventana y con los brazos sentados. Cuando nota que estoy ahí se gira. Me siento en el sofá, doy unas palmaditas en él y Matías parece captarlo y se sienta a mi lado. Pongo su mano en mi rodilla, parece tenso, pero no me detengo y me dispongo a curarlo.

-¡Listo! - digo una vez que lo he curado. Guardo todo dentro del maletín y me levanto. Él coge mi mano y me hace bajar de nuevo y sentarme donde me encontraba.

-Gracias – dice apretando un poco más mi mano y me sonríe. Realmente este chico era muy guapo, debería de sonreír más a menudo y dejar de ser tan prepotente.

-Gracias a ti, tu fuiste quien me ayudo con ese tipo. - sonreímos.


¿Él y yo bajo el mismo techo?Where stories live. Discover now