Capítulo 17.

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Abro la puerta aún sonrojada, encontrándome a mi querido hermanastro.  Este se veía muy bien, aunque no sabía cual era el motivo de su visita pues ya era un poco tarde.

- Hermanita - dijo nada mas verme, y me dio dos besos en la mejilla.

- Jorge, ¿Qué haces aquí a esta hora? - pregunte mientras lo dejaba pasar. Nos dirigimos a la sala y nos acomodamos en el sofá.

- Solo quería decirte que mañana se realizarán las primeras pruebas de deporte de contacto - dijo entusiasmado - yo se que te gusta y podrías realizarlas para ver si te cogen. - hizo una pausa cuando vio a Matías aparecer desde la cocina. Ambos se ignoraron ya que ni  se saludaron. - Y además tu amigo Elías, te echaría una mano si te cogen, le hará ilusión verte ahí. - dijo mi hermano.

La mandíbula de Matías pareció tensarse, pero solo fueron imaginaciones mías, creo, ya que este rápidamente cogió su chaqueta de cuero y salió del apartamento. Mejor, así podría estar a solas con Isaac cuando viniera. ¡Mierda Isaac!

Miro el reloj de mi muñeca rápidamente el cual ya marcaba las 12:45, Isaac estaría apunto de llegar y tenía que deshacerme de mi hermano cuanto antes, sino quería que realmente se pusiera difícil la situación.

- Sí claro que iré, además se me da bien. - dije algo nerviosa y él me lo notó.

- ¿Estás bien?- preguntó.

-Emm.. sí es que estaba por salir a lo de Ana y iba un poco tarde ya - dije aparentando normalidad.

- Ah bueno, de todas formas ya me iba - dijo levantándose - nos vemos en clases mañana - me dio dos besos y se fue.

Faltaban unos pocos minutos para que Isaac llegara a casa. Me asome por el balcón de mi departamento y pude ver como alguien entraba en el edificio. Sé que no era la hora adecuada para vernos, ya que cualquiera podría malinterpretar las cosas, pero ya no quedaba de otra. Cerré la puerta del balcón y me fui hacia la puerta para dejarla entre abierta, al igual que la de mi habitación.

A los pocos segundos escuche unos ligeros pasos acercándose a mi habitación. la puerta se abrió completamente y me pude encontrar con unos grandes ojos azules que se encontraron con los míos. Llevaba una camiseta gris, vaqueros y unas zapatillas blancas además de su cabello negro alborotado.

- Hola - susurró, mostrando una de sus grandes sonrisas.

- Pasa, estamos solos - dije-  aunque no sé por cuanto tiempo.

-Gracias por venir - dije y cerré la puerta.

Sin apenas darme cuenta ni tiempo a volver a acomodarme, ya tenía sus grandes brazos rodeando mi pequeña cintura, mientras depositaba ligeros y tiernos besos sobre mi cuello. Vale esto no estaba dentro de la palabra "conversación"

- Isaac.. para - dije mientras lo aleje de mi, pudiendo así recuperar mi espacio personal.

- ¿Qué sucede? - dijo sin entender

- No quedamos de vernos para esto precisamente.. Íbamos a hablar de nosotros ¿recuerdas? - hablé y el asintió sentó de mala manera en el borde de la cama.

-Pero eso si que puedo arreglarlo - dijo tirando de mi tumbándome en la cama.

- No de esa forma - hable y el se recostó a mi lado mirándome.

-¿Que hay de malo en eso? - hablo sin quitarme ojo - Somos grandes podemos solucionar las cosas como creamos conveniente.

- Isaac.. no estoy segura de que realmente quieras volver conmigo más allá del sexo.. y no creo que estés demostrando lo contrario - digo desilusionada.  - No sé si quiero realmente volver contigo de esa manera.

- ¿Es por tu compañerito de piso no es así? - pregunto levantándose de la cama con desaires.

-¿Qué? No.. no es.. - intente decir.

- No entiendo como puede ser posible.. a ti nunca te han gustado ese tipo de chicos - dijo mirándome de mala manera - supongo que ya te lo has tirado y te gusta como lo hace más que yo, pero puedo hacerte cambiar de opinión.

Realmente sus palabras me dejaron helada, estaba dejando ver al mismo Isaac que dejé, al borde, al que me faltaba al respeto y al que me engañaba cuando se emborrachaba. Esta vez era una de muchas, ya que se le veía en la cara que venía de algún sitio donde vendían alcohol, además de por el olor que desprendía, no lo iba a permitir. Pero justo antes de decirle que se marchara por donde ha venido, la puerta de mi habitación se abrió de golpe. Ambos volteamos al instante y en menos de un segundo pude ver la cara de rastro furioso de Matías.

- Más vale que te largues en este momento, si no quieres que te parta la cara en este preciso momento - advirtió mirando a Isaac, mientras que este le regalaba una sonrisa de medio lado.


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Se que este capítulo es demasiado corto, pero he tenido que partirlo en dos veces ya que quedaba demasiado extenso.

Espero que les guste, un saludo muy fuerte, espero vuestros comentarios ;) <3

PD: En multimedia están Natalia e Isaac.

¿Él y yo bajo el mismo techo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora