¿Si salen dos líneas?

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Extra #4

¿Si salen dos líneas?

Gia

La alarma había sonado dos veces antes pero León tenía la costumbre de apagarla en cuanto empezaba a sonar, su pretexto era que no quería que Ethan se despertara, aunque nuestro hijo durmiera en otra habitación y no alcanzara a escuchar el ruido.

La tercera vez que sonó él no la apagó y tuve que abrir mis ojos para buscar en donde había arrojado el despertador. Me tomé mi tiempo para estirar mis brazos y mis piernas, también para darle un codazo en el estómago, lo que no fue buena idea porque enredó uno de sus brazos alrededor de mi cintura impidiéndome levantarme.

—León —le hablé—. El despertador está sonando.

—Déjalo que suene —murmuró en mi cabello.

—Tienes que prepararte para tomar el vuelo —le recordé y el gruñó—, se te hará tarde como la vez pasado —volvió a gruñir.

—Amo el futbol pero te amo más a ti y me molesta no poder pasar más tiempo contigo ahora que ya estamos casados —acarició mi trasero y me acercó más a él—. Apenas tuvimos tiempo para nuestra luna de miel y ahora tengo que ir al aeropuerto para el partido —refunfuñó como niño pequeño.

Reí. Nuestra luna de miel había durado más de un mes.

—Así es tú trabajo —le dije—, y estoy bien con ello.

—Cuando vuelva... —empezó a susurrarme al oído las cosas que tenía planeado hacer y me hizo olvidar que la alarma aún seguía sonando al alguna parte de la habitación.

Pero de un segundo a otro se levantó tocándose el cuello, con una mueca en el rostro. Gruñó apartando la colcha para salir al baño. Tomé una pastilla de menta y revisé mi celular. León tardó un par de minutos en el baño antes de salir limpiándose la boca. Levantó la alarma que estaba cerca del armario y la apagó lanzándola a la cama.

—¿Por qué sonríes? —me preguntó quedándose de pie frente a mí solo vistiendo sus bóxer.

—Me encanta esta vista, déjame admirarla antes que te vayas —crucé los brazos sobre mi pecho poniéndome cómoda mientras recargaba mi espalda en la cabecera de la cama.

—¿Debería ponerme a bailar? —dijo empezando a mover sus caderas.

Me reí fuerte al mismo tiempo que cubrí mis ojos.

Pronto León estaba sobre mí, apartándome las manos de los ojos para poder besarme. Su aliento mentolado acarició todo mi rostro y ya estaba besándome en la boca.

Sí. Sabía que tenía prohibido retrasarse de nuevo en su vuelo pero unos minutos no serán un problema ¿verdad?

—¿A qué jodida hora vas a llevar tu maldito trasero hasta el auto? —entró Adrián preguntándole a mi esposo con su típica actitud de antes de viajar, siempre se ponía al separarse de sus chicas—. Se nos hará tarde igual que la vez pasada.

—Mi tío dijo groserías —habló Ethan señalándolo acusadoramente.

—No digas groserías frente a mi hijo —lo regañó León mientras colgaba su maleta en el hombro—. Vamos con tiempo de sobra —vio su reloj imaginario en su muñeca y se encogió de hombros—. Déjame despedirme de mi esposa ya que no me acompañará al aeropuerto.

Alissa rio detrás de mí. Ella estaba junto a su bebé sentada en uno de los sillones de la sala y se quedaría todo el día conmigo.

León se acercó a besarme pero de nuevo puso una mueca y terminó besando mi mejilla.

Kiss me, baby (KMB Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora