Muy cerca

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Capítulo siete

Gia

Eran las 11 de la noche y yo me sentía de nervios, al día siguiente era sábado lo que significaba que debía reunirme con Esteban y el resto del equipo así que era una tortura para mí. Estaba intentando dormir desde hacía ya 40 minutos pero no había estado ni cerca de lograrlo.

Me giré por milésima vez en mi cama y cuando decidí relajarme y cerrar mis parpados un fuerte golpe en la puerta de mi dormitorio asustó el poco sueño que había logrado reunir. Me quedé en mi cama observando la puerta como si con eso fuese a conseguir que el ruido se alejara pero obviamente no funcionó, al contrario, los golpes se hicieron más fuertes y urgentes.

Ya sabía que era León pero tenía mucha pereza de levantarme de mi cómoda cama. A los dos golpes más me rendí y me levanté. Caminé hacia la puerta tomándome todo mi tiempo, antes de abrirla acomodé mi blusa de tirantes que usaba como pijama y peiné mi cabello con mis manos, después de eso abrí la puerta para encontrarme con un León bastante preocupado.

—¡El bebé! —dijo y mis sentidos se pusieron en alerta al verlo desesperado y escucharlo decir “bebé”—. Está haciendo ruidos muy extraños.

Puedo decir que en ese momento nos teletransportamos a su dormitorio porque ni siquiera recuerdo haber caminado los pasos que separaban nuestros dormitorios, lo único que recuerdo era que me acercaba hasta el bebé y rápidamente lo tomaba en mis brazos. Toda la preocupación que me llegó al ver a León se esfumó al tener al bebé conmigo.

Suspiré de alivio y le entregué a León su bebé.

—Colócalo sobre tu hombro y dale golpecitos leves en la espalda —le fui dando las instrucciones y pude notar como sus manos temblaban, inmediatamente intenté tranquilizarlo—. León, está bien —dije calmada—, el bebé sólo tiene hipo —su rostro se tranquilizó ante la comprensión—. Dale golpecitos leves —le volví a repetir y él me hizo caso.

Di un par de pasos hacia atrás para mantener distancia con León.

—¿Por qué te alejas? —preguntó desconcertado y a los pocos segundos entendió.

El bebé vomitó sobre su hombro. Ya sabía que lo haría y como los bebés tienen el poder de hacer oler todo mal era mejor para mí alejarme.

A pesar de que el hombro de León estaba completamente lleno de vomito apestoso de bebé en su rostro se reflejaba la tranquilidad.

—Dios —susurró y besó la cabeza del bebé—, creí que te perdía.

No puedo decir lo que pasó en ese momento al escucharlo decirle eso a su hijo, pero mi corazón se agitó por la felicidad de ver que León podía amar a alguien en tan poco tiempo. Él era un gran padre, tal vez aun no tenía la edad para serlo pero sí tenía la madurez que a muchos otros les es necesaria.

—Disculpa por haberte despertado.

—No hay problema —me encogí de hombros—. Siempre y cuando se trate del bebé estaré disponible.

León desvió su mirada de mí y la posó en su hijo, de nuevo la regresó a mí.

—Hablando de disponibilidad…

—Mañana estoy ocupada —dije interrumpiéndolo, bien tal vez no todo el tiempo estaría disponible para el bebé—. No puedo…

—No, en realidad no importa el día —me cortó—. Es sólo que —suspiró y rascó su cabeza—. Adrián me ha estado molestando en estos días, supongo que habrás notado que este par de días ha estado viniendo aquí después de los entrenamientos —lo había notado pero no sabía porque eso tenía que interesarme—, el punto es… verás, él cree estar interesado en ti y quiere salir contigo.

Kiss me, baby (KMB Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora