Capítulo 19: La treceava hora

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* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo. Espero te guste. 



Ambos fueron interrumpidos en su momento de felicidad, Selena fue golpeada en el pecho y mandada contra el muro que protegía a Fragas, a Marx lo pisaron contra el suelo, le estiraron las extremidades para clavarle unas pequeñas estacas en los brazos y piernas, así fue dejado inmóvil y gritando el nombre de su compañera.

—Mi amor, esa perra estuvo a punto de mancharte... Nadie más que yo puede hacerlo —Nora se encontraba en la última forma que obtuvo y se subió sobre la entrepierna de Marx—. Ah... Me da tanto placer estar al fin con mi hombre... Pero primero tengo que limpiarte esos sentimientos de mierda que tienes. —Nora hablaba con un tono meloso y usó sus garras para cortarle la piel del brazo derecho.

—Se-Selena... ¡No mueras después de haberlo logrado! —Nora lo tomó del rostro, le rasgó el ojo izquierdo hasta arrancárselo y se lo comió con una expresión de placer—. ¡Nora, haz lo quieras conmigo pero no la lastimes! —A él no le importó perder un ojo de esa manera, Marx solo se preocupaba por Selena. Él sintió los calientes y húmedos labios de su captora, lo besó con tanta fuerza que lastimó su boca.

—Je,je Así podrás ver las cosas desde mi perspectiva... Que noble es mi príncipe al preocuparse por ella, pero esa perra no me interesa. Yo solo te quiero a ti, Marx... —Nora le rompió la ropa que cubría su pecho, le besó las tetillas con pasión, pero esos besos se volvieron mordidas... Fuertes mordidas que le arrancaron trozos de carne—. Siempre quise hacer esto, tener tu carne dentro de mí... Sentir tu sangre fluir con la mía... Usar tu calor para llegar al clímax... Te amo, Marx. —Decía Nora arrancándole trozos del cuerpo a mordidas, él no sentía dolor pero ver la sangre salir de su cuerpo lo estremeció.

—Así que era demasiado tarde, ya no necesitas un cuerpo para existir físicamente... Ella se ha vuelto algo superior, está en camino para retar a Dios. Mujer, alcanzaste un estado más allá de la simple mortalidad, si ellos se enteran de esto sumergirán al mundo en caos para obtener fuentes de energía como tú. Parece que al final, no había salvación alguna. —Decía Fragas con una voz melancólica, Nora se levantó dando un rasguño al aire. Fue algo invisible pero el muro que cubría a Fragas se rompió, inclusive hirió al gigante en la garganta y causó que se desangre lentamente.

—No me importa nada de eso... Cuando mi amado me sacó de ese sucio cuerpo, me sentí completamente libre... El cuerpo de esa inservible perra estaba reteniéndome, sin saberlo mi Marx me ayudó, es por eso es que lo amo tanto. Espera pacientemente, monstruo, pronto te consumiré. —Nora volvió a sentarse sobre Marx, esta vez le miraba el estómago con deseo.

Lismatus: Treceava HoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora