capítulo 35

448 14 0
                                    

Meses después.

Mai's POV:

Estaba parada detrás del mostrador de la tienda de mi tía Mura. Trataba de acomodar un arreglo de flores, pero me era imposible lograr algo decente. Estar de regreso en la Nación del Fuego me hacía sentirme miserable todo el tiempo. El recuerdo de Zuko era aún más fuerte cuando estaba aquí.

Tengo que admitir que estar lejos de la Nación del Fuego, y vivir con Ryu por algunos meses me hizo sentir mejor, pero una vez que dejé que él me convenciera de que tenía que regresar en algún momento y pisé Caldera nuevamente, me arrepentí de haber tomado aquella aeronave de regreso.

–Mai, no te contraté sólo porque necesitara ayuda. También creí que estar alrededor de las flores todo el día, te ayudaría a animarte –dijo mi tía Mura, quien se colocó detrás de mí.

–Aprecio el trabajo, tía Mura, pero ¿qué te hace pensar que necesito animarme? –contesté con monotonía.

En verdad intentaba estar mejor, o al menos pretenderlo, pero a veces me era inevitable y también era muy difícil engañar a mi tía. Quería seguir adelante con mi vida y me preguntaba cuánto tiempo más tendría que pasar para que la imagen de Zuko se desvaneciera de mi mente.

Flashback:

Habían pasado algunas semanas desde que había llegado a la colonia donde vivía Ryu. Pasé los primeros días en cama, ya que seguía enfrentando aquella enfermedad producida por mis sentimientos reprimidos.

En los días posteriores, escuché muchos rumores respecto a la supuesta batalla que se dio entre Zuko y el Rey Kuei, pero decidí hacer caso omiso a todo eso. No quería escuchar qué había pasado y trataba de fingir que no me importaba para no seguir pensando en mi ex-novio.

Tenía que admitir que, aunque trataba de no pensar en Zuko, los días sin él estaban siendo muy difíciles. Me dolía su ausencia, a pesar de que en los últimos meses apenas lo había visto, y todo a mi alrededor se sentía aburrido y gris, pero todo empezó a mejorar un poco cuando Ryu comenzó a llevarme al orfanato donde se crio. Debo aceptar que estar en aquel lugar me hacía sentir bien, aunque nunca me habían gustado mucho los niños y de que ciertamente era un lugar triste. Todos aquellos niños eran víctimas de la guerra y de la ambición de otras personas. Ninguno merecía aquel destino, así como nosotros no merecíamos jugar a la guerra.

¿Entonces eres una princesa? –me preguntó una niña llamada Emi con una chispa de emoción en sus ojos. Había comenzado a frecuentarla unos días atrás. La pequeña tenía cerca de cuatro años y había perdido a sus padres cuando ella era apenas una bebé. Algo en la niña me reconfortaba, y supongo que por eso comencé a acercarme a ella.

No lo soy –contesté tajantemente, soltando un suspiro para tratar de no perder la paciencia. Todavía tenía problemas para tolerar ciertas preguntas y para hacer algunas actividades con los niños. El estar con Tom-Tom era claramente muy diferente a convivir con tantos infantes a la vez.

Entonces, ¿por qué vivías en un palacio? –me preguntó, ladeando un poco su cabeza.

¿Cómo explicarle a esta niña? Me quedé mirando un rato en los ojos verdes de Emi, llenos de confusión, y no encontré palabras para explicarle. ¿Acaso tendría que revelarle que mi ex-novio era el rey y hablarle sobre la razón tan dolorosa por la cual me encontraba en ese lugar? Combatí mi deseo de rodar los ojos porque al final no era la culpa de esta niña.

Hola Emi –dijo Ryu, acercándose a nosotras y salvándome del momento tan incómodo en el que me encontraba.

¡Hola Ryu! –contestó la pequeña con emoción, ruborizándose un poco cuando él llegó. Me reí a mis adentros al notar que a Emi le gustaba Ryu. Él abrió los brazos para recibir a Emi y la niña recibió el abrazo alegremente.

¿Cómo Rebelarse por Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora