Madeleine y los Sueños Secretos

🏥V. Llorar...🏥

      Karla lleva al médico a su preciada niña, ha notado que está muy distraída, se queda con la mirada perdida, tiene menos ímpetu al hablar, su carita se ve muy desanimada; físicamente está muy pálida y no ha estado comiendo bien, deja la comida a medio terminar o simplemente no come. Eso la está preocupando, no es normal en ella. En la consulta, el doctor le dice que la niña no está produciendo suficiente glóbulos rojos y su tensión arterial está muy baja, por eso decidió que la dejaría internada una noche, o dos si lo requiere, así chequeara su estado corporal, le suministrará una bolsa de suero y a partir de esta noche comenzará una dieta para la contribución de la producción de glóbulos rojos.

      Karla no se opone ante esto y la deja en una habitación donde la prepararon y le tomaron la vía para proporcionarle el suero. Momentos más tarde llega el padre de Madeleine y tanto él como Karla le dan de comer en la boca los alimentos provistos por el doctor y esperan hasta que se quede dormida. Con un beso en la frente y un dulce "buenas noches pequeña saltamontes" se despide el padre de su hija y luego besa a su esposa deseándole también la buenas noches.

      Después de una hora Karla se acomoda en el sofá que está ubicado al lado de la camilla y se queda dormida.

      Seis de la tarde, esa es la hora, hora en que llega Erick el padre, eso quiere decir que falta media hora, nuestra niña no se encuentra bien, tiene un intenso dolor de cabeza, tan fuerte que la hizo llorar y soltar algunos gritos. Su madre trató de disminuir su dolor pero no lo logró, trato con compresas tibias, pastillas para el dolor  e incluso le masajeó la sien pero nada dio resultado. Desesperada karla decide llevarla nuevamente al médico pero antes de que salieran de casa Madeleine empieza a hacer movimientos extraños y muy bruscos, su cuerpo se retuerce sin compasión, su madre se asustó y fue corriendo a abrazarla, la niña siguió retorciéndose y ahogando gritos desesperados, Karla solo la acaricia y la mece susurrándole que todo estará bien pero, en silencio llora por ella.

      Finalmente Madeleine deja de moverse y se queda acurrucada en posición fetal, su madre se separa un poco de ella, coloca su mano en su mentón y le levanta la cabeza.

—¿Estás bie...? ¡¡Ahh!!— Karla empuja a su hija.

      Aterrada empieza a temblar y retroceder. Madeleine con movimientos lentos se levanta del piso y eleva su mirada, sus ojos totalmente negros ven a su madre, ladea una sonrisa y en un rápido e inhumano movimiento se abalanza contra su madre, Karla suelta un grito y golpea la cabeza contra el suelo por el impacto, Madeleine agarra su cabeza con ambas manos y de un dos por tres le tuerce el cuello provocando un crujido, causándole una muerte inmediata.

      Madeleine vuelve en sí y suelta a su madre, sin comprender cómo llegó ahí solo la contempla y le vienen los recuerdos de lo sucedido. Desconcertada cae de rodillas, no pude creer lo que hizo, esto es real, ¡no es un sueño mas! ¡es real! temblando, llora y lamenta todo lo que pasó. Todo su cuerpo se entumece y lo único que consigue hacer es hacerse un ovillo y llorar... 

      A las seis muy puntual llega su padre, al abrir la puerta y entrar a la sala encuentra a su esposa tendida en el suelo con su cabeza en un ángulo anormal, aturdido y con miedo camina hasta ella y la abraza, diminutas lágrimas bajan por su rostro al comprender que su esposa ya no tiene vida, asustado se levanta para buscar a su hija.

     Agarra el atizador que está junto a la chimenea y lo levanta preparado para golpear a quien sea que haya hecho esto. Con cuidado se desplaza por todo el living y hecha un vistazo por la ventana, sin embargo, no ve nada diferente, toma el pasillo que da al sótano, a la cocina y a la puerta trasera. 

     Al acercarse a la cocina escucha un ruido, con mucha cautela apresura el paso hasta llegar al marco de la puerta, se detiene unos minutos, inhala, agarra más fuerte el atizador y da un salto adentro de la cocina con el arma extendida pero para su sorpresa la causante del sonido era su hija, la cual está en un rincón llorando y meciéndose, se le acerca y ella levanta la mirada pero, antes de ella lanzarse a los brazos de su padre comienza a retorcerse otra vez liberando agudos chillidos de dolor, Erick se queda inmóvil sin saber qué hacer. Cuando ya los movimientos han cesado el abraza a su hija reaccionando de su aturdimiento.

—¿Madeleine hija estas bien?¿que paso? ¿Hay alguien aquí?.

      La toma por las mejillas y levanta su cabeza, él se sobresalta y retrocede, los ojos de la niña están completamente negros, no hay nada blanco, ni siquiera se le diferencia su iris gris de la pupila. Ella aprovecha su estado de Shock y se lanza sobre su padre clavandole una tijera que tenía oculta, le desgarra el cuello con mucha precisión como si fuera una experta, se monta encima de su padre y vuelve a encajar las tijeras pero esta vez las arrastra por todo su pecho abriendo la piel en un largo corte hasta llegar al abdomen. Al terminar la acción su rostro se torna de mucha satisfacción , sin embargo, el placer lo sintió cuando introdujo la mano en la herida y esta se llena de sangre, sangre que lamió, el exquisito sabor metálico le hizo soltar un pequeño gemido, lamió toda la sangre restante de su mano y esta la llevo a la cima del éxtasis...

      Las náuseas despiertan a Madeleine, quería salir corriendo al baño pero no llegaría, vómito en el piso del hospital. Al alzar la mira encontró a su mamá acostada en el sofá cargando a la muñeca de porcelana en su regazo....