🎭IV. Su yo muñeca🎭

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      El corredor que da al cuarto de los padres de Madeleine se encuentra en un silencio ensordecedor y latente

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      El corredor que da al cuarto de los padres de Madeleine se encuentra en un silencio ensordecedor y latente.... entre las penumbras la infante se escabulle hábilmente en el pasillo aterrador. Al llegar la puerta del dormitorio de sus padres se detiene antes de girar el picaporte y pega la oreja ya que percibió unos sonidos... el sonido sonaba a un... a un ¡quejido! pensó y proviene de su madre. Sus músculos se tensan ante la idea.

—Ahh ahh— grito Karla —¡No!..no...

       El final de la oración prosiguió en un un susurro de palabras balbuceadas que Madeleine no logro entender. Asustada huyó a su habitación y se encerró, se arrojó entre los cobertores y dejo salir las lagrimas que tenia contenidas.

     Imagino que al ir hacia donde sus padres y dormir con ellos sus sueños serían menos escalofriantes pero, se desilusionó mucho al escuchar que su padre golpeaba a su madre, aunque más tarde descubriría que su madre no tenía ninguna magulladura o indicio de algún golpe. La niña quería decirles de sus dos últimos sueños que la perturbaban durante el día, ese fue otro motivo para ir hacia el cuarto de ellos pero al escuchar los gritos, con amargura y tristeza se resignó y aceptó que ellos tendrían otros problemas más graves y ella no quería causarles más de los que ya tienen.

     Así que, se propuso mantenerse despierta toda la noche, pese a los que pase no se quedaría dormida. Con un poco de entusiasmo se acurruca entre las cobijas y se queda viendo fijamente las estrellas que están pintadas en el techo.

      Horas más tarde Madeleine entra en la fase Alfa del sueño, por mas que trato de luchar contra Morfeo él le ganó la batalla y se la llevo... solo que al hacerlo la deja vulnerable y a la disposición de la muñeca... 

      Sentada e inmóvil...

      Con toda sus fuerza trato de moverse pero no pudo, era como estar atrapada dentro de unas paredes de hierro que se moldean al cuerpo y por ende no hay espacio para moverse. Finalmente después de muchos intentos su cabeza se movió , de hecho descubrió que era lo único que podía mover.

     Su mirada repaso todo lo que encuentra a su alrededor que conforme veía se iba construyendo. Se dio cuenta que está en una tienda de antigüedades. Ella está situada frente a los cristales que dan a la calle y por la cual las personas pueden ver lo que hay dentro. Imaginó que se preguntaran que hará una niña montada en lo alto del aparador, sin embargo, las personas que la veían lo que hacían era admirar su belleza. Con más curiosidad giró su cabeza hacia el interior de la tienda y para su sorpresa la giró en un ángulo inhumanamente imposible, asustada y aturdida voltea su cabeza bruscamente al frente, las personas al parecer no se percataron del movimiento que hizo. Finalmente vio su reflejo en el cristal, horrorizada trato de no mirar pero sus ojos no se cerraban, se mantenía totalmente abiertos y es ahí cuando cae en cuenta que no había pestañeado en ningún momento ... ella era... una muñeca.

      De alguna forma extraña y remota ella era una muñeca de porcelana, ahora comprendía porqué no se podía mover ni hacer gestos, incluso no respiraba, su estómago de trapo no era capaz de bajar ni subir. Minutos más tarde su cuerpo empezó a dolerle por la incesante quietud.

      Lanza un grito de desesperación y frustración para sus adentros ya no puede abrir los labios. De pronto siente una opresión, ¡no! es mas como un golpe en sus entrañas cargado de sentimientos encontrados. Lo que primero sintió fue soledad, su existencia se hizo diminuta y poluta, todo un ecosistema a su alrededor donde todos son células que encajan perfectamente de alguna manera formando parte de algo más grande e importante y ella está aislada de todos ellos como la oveja negra de la familia, sin poder encajar, sin poder tener sentido de pertenencia... ella es una estrella brillante, todos la observan con ojos risueños y de admiración pero ella los ve a miles de distancia sola en su espacio estelar, sin nadie que se preocupe por ella o la quiera realmente.

     La tristeza corto el sentimiento de soledad en un solo tajo. Ella flotaba en una burbuja negra y los rostros de las personas que apreciaron a su alrededor estaban cubiertos con máscaras, todos la observaban con admiración y desprecio, sin duda alguna ellos representan la hipocresía.. un dolor... un dolor intenso pero a la vez nebuloso se esparció por todo su cuerpo, flotando entre la oscuridad la agonía la consumía poco a poco, una agonía por no ser amada o por lo menos querida, pronto sintió su peso atrayéndola hacia abajo, su cuerpo zumbaba por un dolor intermitente tan intenso que prefirió la idea de morir antes de seguir viviendo así...

      La rabia quemó dentro de sus venas destruyendo todo que anteriormente sitio. Su cuerpo envuelto en llamas ansiaba quemar el mundo, por el desprecio que ellos mismos expresaron por ella, por su soledad, la hipocresía, por su sed de venganza. El pensamiento de destruir a todos le satisfacía, ver arder a los hipócritas por falsos, a los ilusos por estúpido, al amor por no tocarla...

      Abre sus ojos poco a poco y se encuentra de nuevo en la tienda y otra vez en el cuerpo de muñeca, ni siquiera se dio cuenta cuando había dejado de serlo. Esta vez su posición daba hacia el interior de la tienda ya no se encontraba con vista a la calle.. de un momento a otro una niebla negra comenzó a cubrir el piso, cada vez haciéndose más densa y una cara de entre las tinieblas pudo distinguir, unos ojos rojos que se elevaron poco a poco y la vieron fijamente, la sombra ladeo una sonrisa aterradora, con movimientos rápidos y ágiles se lanzó hacia su yo muñeca. Madeleine suelta un grito interno y enseguida es tragada por la sombra.

      La nena despierta envuelta en sus sabanas y por una fina capa de sudor. Al ver la ventana con la respiración agitada se da cuenta que aun es de noche.

-Me quede dormida ¿¡cómo puede ser eso posible!?- pensó

     Los recuerdos del sueño le dan de lleno y con ellos una debilidad que lentamente se esparce por todo su cuerpo. No tiene ganas de moverse ni de pensar, solo se queda así hasta que amanece y su madre la llama a desayunar... 

 

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Madeleine y los Sueños SecretosWhere stories live. Discover now