Capítulo 4

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La noche había caído luego de aquel enfrentamiento entre ambos jóvenes. Tras haber aceptado formar parte de Alas Carmesí, Milo y Hana se encontraban en la cabaña donde había iniciado su conflicto.

– Entonces, ¿es cierto que eres de Thrin Theras?

Preguntó Hana mientras trataban de conseguir al interior de la cabaña algo para que puedan tapar la parte de la puerta que ella había destruido.

– Sí, pero yo en ningún momento había pensado salir, digamos que fue algo no previsto.

Milo había cogido una tela de regular tamaño ubicada entre algunas cajas que estaban ubicadas en lo que parecía ser un pequeño cuarto de estudio.

– Eh... ya veo, pero no me has dicho qué fue lo que te pasó, o sea por qué venías tan malherido.

Mientras Hana le hacía aquella pregunta, Milo avanzó con la tela hacia la puerta y comenzó a cubrir la zona destruida como si fuera una especie de cortina.

– Fue un accidente, ya después quizá te cuente sobre eso.

Definitivamente eso no podía ser un simple accidente, Hana estaba segura que había algo más grande detrás de sus palabras, pero no podía saberlo.

– Listo – Milo había terminado de acomodar la tela –, espero que el dueño de este lugar no se enoje por esto.

Él no dudo en ver a la joven con una expresión acusadora, y la verdad es que tenía razón en hacerlo, ya que ella había sido la responsable de aquello.

– Sí... sí bueno jeje, tienes razón – Hana respondió sonriendo y algo avergonzada.

Debido a la hora y al cansancio después de un día bastante agitado, Hana comenzó a sentir un sueño que pocas veces había tenido, y es que nunca antes se había desgastado tanto en un solo día.

Comenzó a caminar mientras bostezaba acercándose a la cama.

– El sueño me vence, deberíamos descansar.

Dijo viendo la cama con muchas ganas de recostarse y poder dormir.

Pero había un pequeño gran detalle, luego de unos segundos de quedarse viendo la cama en silencio, Hana se percató de algo, solo había una en toda la cabaña...

– ¿Hmm? ¿Te pasa algo?

Milo parecía no haberse dado cuenta, o tal vez eso aparentaba.

– Eh... s-solo hay una cama...

D-Diablos cómo no me di cuenta antes, ¿qué voy a hacer?

Una situación como esa era demasiado para Hana, de hecho nunca antes había tenido que compartir una habitación con alguien, así que ella se encontraba avergonzada y bastante nerviosa pensando en qué podría hacer.

– Acuéstate, por mí no te preocupes, no se me da bien dormir en lugares tan cómodos, es más, saldré a caminar un poco en lo que me entra el sueño.

Milo salió de la cabaña levantando la tela de la puerta y dejando sola a Hana en la habitación, afortunadamente fue la mejor decisión a su favor.

Hana dio un gran suspiro y se dejó caer a la cama, muestra de su gran desgaste del día.

– ¿En verdad estará bien así?

La joven había sido vencida por el cansancio y cayó dormida casi al instante de haberse recostado.

Habían transcurrido un par de horas desde entonces y Milo se encontraba de pie, apoyado sobre la pared exterior de la cabaña, cruzado de brazos y los ojos cerrados.

Astra Vol. 01Where stories live. Discover now