Capítulo I - Secretos

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Capítulo I

Ahora...

- ¿Qué crees que pasará cuando vuelvas? - me preguntó rompiendo el silencio que se había creado entre nosotros.

Escuché la lluvia golpeando la ventana y la TV encendida al final del pasillo.

Me acomodé en la cama para verle mejor. Ladeó la cabeza sonriendo mientras esperaba mi respuesta, quería parecer tranquilo, como si lo diera igual la respuesta, pero la intranquilidad se reflejaba sobre sus ojos mientras algunos mechones de su tupé se despeinaban y caían por su frente.

- Pues... todo volverá a ser como antes.

La respuesta llevaba persiguiéndome esa última semana, sabía que en algún momento aquella pregunta saldría de sus labios, pero no había esperado que fuera tan pronto.

- ¿Quieres decir que esto habrá acabado? - busqué algún rastro de la sonrisa que estaba ahí hace apenas unos segundos, pero había desaparecido fugazmente, ni rastro. En cambio, sus ojos como llamaradas de fuego me atravesaban y me hacían sentir vulnerable.

Agarró mis muñecas y me hizo caer contra su pecho. Sujetó mis muñecas a ambos lados de su cara mientras sentía contra mi pecho su corazón latiendo y pidiéndome a gritos que no me fuera – Pues habrá que aprovechar el tiempo que nos queda – susurró contra mí antes de impactar sus labios en los míos.

A comienzos del verano...

Entré con el café entre mis manos mientras las personas de la sala se movían de un lado para otro.

No podía creer que hubiera aceptado ir a aquel estúpido baile. ¿Desde cuando en España se celebra un baile de fin de curso? Todos lo hemos visto en películas americanas, pero en serio, nosotros no celebramos estas tonterías.

Vestidos, joyas, bailes agarrados, ponche... solo faltan las princesas y los príncipes. ¡Ah! No, también está la reina y el rey del baile.

Sujeté una puerta que daba al pasillo central y seguí caminando intentando abrirme paso entre los estudiantes que me empujaban en dirección contraria ansiosos de irse de aquí y empezar sus vacaciones.

Quizás, lo que de verdad me preocupara era el hecho de que no tenía pareja de baile, ni si quiera le había dicho a Dani que iba a ir al baile, aunque tampoco pensaba hacerlo.

A él si que le ilusionaría acompañarme, ir a buscarme a casa y vestir un elegante esmoquin mientras me lleva de su mano.

Por eso había decidido guardarme todo esto del baile para mí, o al menos eso creía.

El gimnasio estaba lleno de gente que iba de aquí para allá con todo tipo de decoración.

Y ahí estaba lo que llevaba esquivando toda esa semana.

Dani estaba concentrado montando algún tipo de equipo de música sobre un escenario improvisado. También distinguí a Nicholas y Jared encargándose de los focos de luz. Y Cate organizando cada tarea a algún voluntario.

Desde el accidente de Roger, nos habíamos distanciado, bueno, yo me había distanciado de ellos. Cate sabía lo de mi hermano, pero aun así había decidido no ir a visitarle, la culpa la estaba matando.

- Ya estoy aquí. ¿Qué quieres que haga? - pregunté dejando caer mi mochila en el suelo y bebiendo el último trago de mi café amargo, que bajó por mi garganta.

Cate se giró acompañada de esa mirada que me dedicaba cada día: perdón.

No la culpaba del accidente de Roger, más bien culpaba a aquella chatarra de camioneta de la que debíamos habernos deshecho hace mucho, pero que mucho tiempo, pero aun así no podía evitar que Cate se sintiera culpable y me pidiera perdón con la mirada cada vez que nos veíamos.

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