Chapter I

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Observó que Zero andaba más frío que de costumbre, más distante. Cuando tenían que mantener a raya a las fanáticas de la clase nocturna no se había presentado, cosa que la preocupó, además de eso, era difícil lidiar con ambos bandos de chicas salvajes y excitadas ante la aparición de los vampiros y en especial ahora que se sumaron varios vampiros, entre ellos, sus hermanos. No recordaba bien a Shiro pero si a Shinichi, ambos eran idénticos a excepción del color de cabello, mientras que Shiro tenía el cabello tan oscuro como la mismísima noche, Shinichi tenía el cabello blanco como la nieve. Ambos le robaron alguna que otra admiradora a Aidou.

Después de que había terminado la gran locura de la noche, fue para buscar a Zero. Recorrió pasillos, salones y el gran patio de la academia sin lograr nada, ¿dónde más podía estar? Pensó por varios minutos y luego recordó que aún no había visitado un lugar, los establos. Corrió hacia ellos lo más rápido que pudo, tenía que encontrarlo y su deducción no fue mala, ella lo vio recostado contra el marco de la gran puerta, jadeando, más pálido de lo que era, Zero estaba mal.

Corrió aún más rápido para llegar y caer a lado suyo, estaba exhausto, tenía la camisa abierta y estaba cubierto de sudor, miró con tristeza, llevaba los ojos cerrados y los labios entreabiertos a causa de la falta de aire.

– ¡Zero! – exclamó preocupada– ¡Zero, mírame! –repitió.

– ¿Qué-qué haces aquí? Deberías estar vigilando a los de la clase nocturna…–dijo abriendo levemente los ojos– Vete, no quiero que me veas así.

– ¿Dónde están las pastillas de sangre?

– No las quiero… mi cuerpo las rechaza, creí que ya lo sabías.

– ¿Hace cuánto que no bebes nada?

– Creo que… un mes más o menos– Hace un mes nos conocimos, pensó Shiori.

– Zero, idiota…–Shiori se levantó del suelo, arrojó el abrigo del uniforme y remangó el cuello de su camisa– Bebe…

– No quiero… no es necesario, déjame.

– ¡Bebe Zero Kiryuu!

– ¡No! No quiero hace esto, no quiero beber tu sangre, no quiero beber sangre –Zero abrió los ojos, en esos momentos mostraban enojo y también, hambre y desesperación.

– No me dejas de otra –susurró triste Shiori, sacó una que cuchilla que tenía escondida–, ¿no beberás voluntariamente?

– ¿Qué harás?

– ¿Beberás o no?

– No.

Shiori se hizo un corte en el cuello con la cuchilla, en segundo comenzó a brotar sangre con a cada momento salía más manchando su camisa blanca y volviendo loco a los instintos vampíricos de Zero.

Zero se resistió, lo último que quería era volver a beber la sangre de su mejor amiga, primero fue con Yuuki, no quería que se repitiera la historia pero en esos momentos, el hambre lo dominaba por completo y antes de que la primera gota de sangre tocase el suelo, saltó al cuello de Shiori y la inmovilizó por completo. Había olivado aquel sabor que la sangre emanaba, salada y tibia, un sabor metálico delicioso.

Después de media hora, Zero la había puesto sobre sus rodillas, recostando la espalda de Shiori contra su pecho, hizo que colocara su cabeza sobre su hombro, dejándole un acceso más fácil a su cuello.

Pero así también, Shiori dejó de sentir la circulación en su cuerpo y a cada momento tenía más frío, de haber sido un vampiro activo, le daría lo mismo pero en esas condiciones, si Zero no se detenía terminaría por matarla.

Requiem for a Vampire KnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora