12| Esto sí ha significado algo

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Dedicado a Meera Kean. Gracias por apoyar a esta comunidad, gracias por dedicar tiempo y talento a hacer de esto un lugar más bonito. <3

Me das asco

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Me das asco.

Aquellas palabras resonaban como un terremoto en la cabeza de una Spencer confusa y triste. Era incapaz de pensar en cualquier otro recuerdo que pudiera ser más gratificante que la cara de Bruce Rimes escupiendo sus sentimientos hacia ella de forma cruel. Cada vez que lo rememoraba se le humedecían los ojos. Se sentía patética. Patética por albergar aquellos sentimientos, y patética por creer que él pudiera serle afín.

Pasó la tarde encerrada en su habitación con la cabeza sumergida en los libros de texto de su instituto. Con suerte, las ecuaciones, análisis sintácticos y preguntas de historia la evadirían de la realidad. Lástima que no fuera así.

Recibió una llamada de Matt, pero no respondió. Tampoco contestaba al repiqueteo de la puerta de su cuarto propiciado por su hermano. Realmente, no le apetecía hablar con nadie. Ni el más mínimo deseo. Total, ¿qué podría decir? La única con la que se pudo sincerar fue con Dalia y aun así no estaba segura de si hizo lo correcto.

Desconocía que expresión dibujar en presencia de Rimes para que no apreciara como se sentía respecto a su sádico y determinante rechazo. Estaba frustrada.

¡Achís! Un estornudo hizo botar del susto a Clarice Rimes, la cual se asomó desde el piso de arriba, apoyándose en la barandilla

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¡Achís! Un estornudo hizo botar del susto a Clarice Rimes, la cual se asomó desde el piso de arriba, apoyándose en la barandilla.

—¿Bruce? —Preguntó.

—Sí —respondió él apoyándose en la pared de la entrada.

Clarice comenzó a bajar las escaleras del lado de la izquierda.

—¿Estás bien? Oh, cielos... —Se aproximó a él sorprendida y preocupada—. Estás empapado.

—Estoy bien. —Tranquilizó rascándose la nuca.

Ella posó sus manos en los hombros del pelirrojo y colocó su mirada a su altura.

—Oye, ve a darte un baño, ¿de acuerdo? Yo mientras te haré un chocolate caliente con fresas que sé hacer yo —guiñó el ojo—. Te vas a chupar los dedos.

La sonrisa del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora