(One Piece) Princesa Pirata. 2a Temporada.

Capítulo 22: Recuerdos sagrados.

Esa mujer, se puso frente a nosotros, trayendo una simple vara, ¿acaso con eso piensa vencernos?

Mientras tanto la gente ya se había ido, y los soldados se mantenían ajenos a lo que estaba apunto de ocurrir.

-No te confíes, debe ser una usuaria, eso explicaría porque antes era una anciana...- me advertía Cora-san, ambos estábamos paralizados, pese a que era una persona, sentíamos un gran poder en ella.

-No se preocupe Hebihime, usted seguirá con vida, su amiguito no... él no posee nada que le interese a mis señores...- eso me enojo bastante, ella no era nadie para llamarme así. –Pero lamento decirle que tampoco irás en primera clase...- se puso en pose de batalla.

Se abalanzó contra nosotros, nos dividimos, ella dirigió a mi, atacando con su vara, yo quería detenerla con mis manos, pero apenas y la toque sentí un dolor punzante, apartándome bruscamente.

Al observa mi mano estaba sangrando.

Narra Corazón.

La mano de Medanne sangraba, pero ¿cómo? Fui con ella, observe a la mujer quien tenía su arma, esa simple vara.

-Lo sabía eres una usuaria...- ella carcajeo, y un listón rojo rodeó su arma, para nuestra sorpresa, era una espada, la cual tenía la sangre de Medanne.

-Mi nombre es Drusila, primera comandante del ejército imperial de la isla Gaius... y por supuesto soy una usuaria...- varios listones la rodearon y en un instante estaba igual que Medanne. –Isho* Isho no Mi...- los listones reaparecieron, volviéndola a la normalidad. -¡Soy la mujer de los 1000 disfraces!- canturreo, carcajeando.

-No eres la gran cosa...- me atreví a decir.

-¿Eso piensas?- parecía divertida, por un momento pensé que se enojaría como todas la mujeres. –Ya lo veremos...- su espada fue transformada en una bazuca, eso no era bueno. –¿Ahora que piensas?- chasquee la lengua, pero lance una patada, sentí el dolor punzante, retrocediendo, mi pierna sangraba, no podía creerlo. –No te das cuenta, yo disfrazo la realidad, aunque esto sea una bazuca, siempre será una espada... eso es el disfraz perfecto...-

-Maldicion...- me quejé, ella carcajeo, Medanne fue conmigo preocupada por mi herida.

Narra Gally.

Emiliano, Deuce y yo llegamos a la gruta, la boa se arrastraba por el lugar y se detuvo en un montón de trapos, al verlos mejor vimos que era la ropa de Medanne y Corazón, también había empaque de comidas.

-Aquí estuvieron...- dijo con cierto fastidio el revolucionario. –Me preguntó si de verdad están bien...- estaba bastante preocupado.

-Aunque no lo creas Wellesley, daría su vida por Medanne, aunque su sueño es regresar a los Heart Kaizoku, por alguna razón ha creado un vínculo con ella...- él se molestó cruzándose de brazos.

-Espero que no la lastime...- fue lo único que dijo, antes de seguir caminando, yo suspiré.

-Vaya lío...- sabía que la Emperatriz Pirata era tan bella como las sirenas, que nadie podía negarle nada y también era perdonada por todo, debido a su belleza.

Por alguna extraña razón eso también se había convertido en la habilidad de Medanne, pese a parecerse a su padre, es hermosa, su carácter tranquilo y lleno de bondad la transforman en un ángel, si le agregamos su inocencia, sin duda la convierten en la joya más preciada del mundo.

Si ella fuera consiente de lo que provoca, sería la mujer más poderosa de todas, ya que podría llevar a cabo todo lo que se propusiera, inclusive más que Luffy-san. Sin duda fue cosa del destino que ella cayera en manos de Boa Hancock.

Para Medanne el recuerdo de su madre es lo más valioso del mundo, por eso se ha vuelto muy fuerte, para ser la más bella de todas, además deseas ser igual que Boa Hancock, por eso deja crecer su cabello y suele usar el mismo estilo de ropas que la Emperatriz Pirata. Sin embargo he llegado a pensar que esa fortaleza también es su mayor debilidad.

-¿Te quedaras todo el día ahí?- me gritó enojado Emiliano, regresándome a la realidad.

-Ya voy...- comencé a caminar con Deuce siguiéndome.

Narra Corazón.

-No nos subestimes, ahora que sabemos cómo funciona tu habilidad será más fácil vencerte...- exclamó Medanne mientras señalaba a Drusilda, quien no borraba su expresión de burla, eso molestó a Medanne y preparó su ataque, no entendía por qué esa mujer seguía con ese gesto de tanta confianza, si logramos arrebatarle su arma.

-¡¡140 HEBI!!- exclamó lanzando varias patadas que esa mujer esquivo, de repente desapareció, para nuestra sorpresa reapareció detrás de Medanne, quien preparó su ataque, sin embargo ella uso sus habilidades, varios listones la envolvieron, al reaparecer, logró que detuvieran el ataque a escasos centímetros de tocarla, ambos estábamos con la boca abierta.

-¿Te atreves a intentar golpearme... querida hija?...- Medanne retrocedió aún atónita, frente a ella estaba la Emperatriz Pirata, con una sonrisa altanera, ambos sabíamos que era la habilidad de esa mujer, pero esa imagen es tan sagrada para Medanne.

-¡T... tú... tú no eres mi madre!- gritó, buscaba convencerse que era el engaño de esa mujer.

-¡¿De qué hablas?!- regaño con falsa indignación. –¡Acaso piensas matarme! No puedo creer que mi propia hija quiera hacer eso...- sollozo con dramatismo, eso me enojo bastante.

-Eso es bajo...- exclamé y lance una patada contra la impostora, pero mi patada fue detenida por mi Capitan. –¡Medanne!- no salía de mi sorpresa, ambos deteníamos mutuamente nuestros ataques, ella tenía la mirada baja, se negaba a llorar.

Esto es demasiado.

-Lo siento... sé que es falsa... pero... pero el recuerdo de mi madre es sagrado...- exclamó levantando la vista, observe dolor y determinación en su mirada.

Retrocedí, estaba furioso, esa mujer se acercó a ella aún con el rostro de la Emperatriz, pero tenía esa sonrisa tan fastidiosa.

-Eres una buena hija... sin duda mereces un premio...- regresó a su forma original y con un tremendo golpe la alejo de ella. –No eres más que una patética niña...- exclamaba con burla, enfurecí, así que me abalancé contra ella, ya no había excusa alguna que me impidiera darle lo que se merece, sin embargo en un instante había optado por otra forma, yo tampoco pude evitar detenerme con la boca abierta. –¿Acaso piensas traicionarme por una simple niña?... Corazón...- esa maldita arpia había adoptado la apariencia de Law-san, yo retrocedí, no podía caer ante ese truco, no mientras Medanne me necesitará.

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*Isho: Disfraz.