Capítulo 7. -Primera fiesta en sociedad.

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Capítulo 7. - Primera fiesta en sociedad.

SummerPOV

Taylor llamó para invitarnos, tanto a mi cómo a Rubén, a una fiesta que daba una amiga suya el viernes por la noche. Dijo que no era demasiado formal, estuve apunto de decir que no, pero tenía tantas ganas de verle…

- Rubén, tengo que ir a comprar ropa, necesito un vestido urgentemente!

- Si quieres podemos ir esta tarde, quedamos en el centro. Hoy termino pronto las clases.

Y así quedamos. Me hice unas espinacas para mi sola y después salí a coger el metro. Cuando llegué, Rubén ya me esperaba en la boca del metro.

- Estoy súper nerviosa por mañana.

- Va a ser una noche interesante, ya veras.- me dijo él con una gran sonrisa misteriosa.

Recorrimos unas cuantas tiendas en las que no encontramos nada, yo ya estaba entrando en pánico, cuando una pequeña tienda apareció ante nuestros ojos, con un minúsculo escaparate con cosas muy bonitas. 

Y dentro apareció lo que estaba buscando. Un precioso vestido negro estrecho, con la parte del cuello y las mangas de tela de encaje. Me lo probé para saber si me iba bien o tendría que seguir buscando, pero para mi sorpresa me iba como hecho a medida.

- ¡Es perfecto! Muy tu.

- ¡Sí! ¡Lo encontré! Y tengo unos tacones negros que irán perfectos.

El tener que ponerme no había hecho que dejara de estar nerviosa, mas bien todo lo contrario.

La noche me paso lentísima, moviéndome de un lado a otro, hasta que por fin salió el sol y me levanté. Era el día.

- He dormido fatal- comenté a mi compañero de piso como saludo.

- Eso son los nervios. Creo que las clases hoy se me van a hacer interminables.

Pronto Rubén se fue y me quedé sola. Decidí que lo mejor sería estar ocupada y me puse a limpiar la casa a fondo. En medio de mi arrebato de limpieza extrema recibí un mensaje de Taylor.

“Os pasaré a buscar a las 9. Hasta esta noche, buenorra”

Que descarado. Recordé los besos del último día y me entro un escalofrío. Lo había dejado con las ganas expresamente, era una de las tácticas que había aprendido de mi amigo Rubén. Cuando tuve todo limpio me preparé un poco de arroz tres delicias para comer. Después de llenar el estomago y fregar lo que había ensuciado, encendí el portátil para ver mi correo. Efectivamente tenía un email de Eva.

“Estoy flipando contigo. Seguro que te ha pasado algo nuevo y en tu próximo email tienes millones de cosas interesantes que explicarme. Ojalá pudiera estar allí, nos lo pasaríamos tan bien con nuestras tonterías, pero el vuelo es muy caro. Espero que puedas venir pronto a hacernos una visita. ¿Quizás por navidad? 

Todos te envían recuerdos y te echan de menos. No tengo mucho que explicar, pero seguro que tu a mi si.”

Dios, como la echaba de menos, necesitaba nuestras paranoias y tonterías. Pensé que lo mejor era contestarle mañana y así explicarle cómo había ido la fiesta.

Cuando quedaban todavía tres horas decidí que debía empezar a prepararme, así no se me echaría el tiempo encima. Me duché concienzudamente y me sequé el pelo con el secador, no lo planché, porque mi pelo ya era liso por si solo y me gustaba lucirlo natural.  

Enseguida llego Rubén que se metió en la ducha y a vestirse. Yo continué con mi ritual de preparación y me vesti.

Me pinté un poco, algo muy natural por eso, mejillas rosadas como a mi me gustaba y un poco de color en los labios.

A través del tiempoWhere stories live. Discover now