Capítulo 4. -Sábado de emociones. ¿Celos yo? Que tontería.

231 0 0
                                    

Capítulo 4. -Sábado de emociones. ¿Celos yo? Que tontería. 

SummerPOV

Sábado. 

Rubén y yo nos habíamos pasado la mitad del día viendo películas y vídeos tontos por internet. Comí una fruta y un yougurt para cenar y me fui corriendo al bar, porque esa noche trabajaba. Solo estaba a 3 manzanas de mi piso así que siempre iba andando. Cruzaba la segunda manzana cuando mi móvil empezó a sonar. Taylor, ponía en la pantalla, eso si que era una sorpresa.

- Hey- contesté.

- Me preguntaba si te apetecía quedar… verás… con otra persona me haría el interesante y diría eh nena, ¿Te apetecería verme? Pero cómo hemos quedado en nada de fachadas, he de decirte que en realidad tengo muchísimas ganas de verte. ¿Me harías compañía en esta noche? Podríamos ir a cenar algo… no se… lo que tu quieras.- Quería derretirme de adorabilidad, concepto que ni siquiera existe, pero tenía cosas que hacer. 

- Oh, ahora mismo estoy yendo a trabajar.

- Podemos quedar después.- sonaba desesperado, era muy gracioso que se mostrara así. 

- Taylor, salgo tarde. 

- No importa, podemos ver una película por ejemplo. ¿No vas a dejarme solo, verdad?

- Seguro que estas poniendo cara de perro abandonado. Vale, vale, película. ¿Vienes a mi casa sobre la 1? A esa hora ya debería salir de sobras.

- ¡Perfecto! Te veo entonces, no te canses. 

Sonreí como una boba cuando colgué, noche de cine en mi casa con Taylor. Con el embobamiento había perdido muchísimo tiempo, salí corriendo para llegar unos minutos después al bar. 

- Se te ve contenta esta noche- me saludo Kim, la que me acompañaba a casa normalmente, era rubia de ojos azules, vestía un top de leopardo y una falda roja, aunque pudiera parecer que era una chica vulgar, era muy bonita y además con buen corazón.

- Yo no se cómo puedes venir contenta a trabajar- Esa era Jessica, tenía una larga melena ondulada negra azabache y de tez oscura, esta llevaba unos shorts de cuero y un top también negro de cuero. Jessica bailaba en el escenario, por eso me suponía que le desagradaba tanto venir a trabajar. No era un local demasiado vulgar ni de mala reputación, pese a que tenían espectáculo de chicas, pero tampoco podría decir que era un sitio refinado.

Yo, por mi parte, llevaba una camiseta de tirantes blanca y unos tejanos, junto a unas botas de cowboy negras, cuando trabajaba me vestía mas extravagante, tampoco demasiado, lo justo para que mi jefa estuviera contenta.

Me pase las siguientes horas poniendo cervezas, chupitos de tequila y whiskys solos. Estaba llenísimo hasta los topes. En el reloj de mi muñeca marcaba la una de la noche. No tenía una hora definida de salida, normalmente Kathy, la dueña del bar, nos iba mandando a casa cuando a ella le parecía bien y veía que no éramos necesarias, pero cuando había mucha gente todas nos íbamos juntas cuando cerrábamos. 

- Hola guapetona, me pones una cerveza?- me dijo alguien con una voz de borracho increíble, me gire para atender al cliente cuando vi a Taylor con una gran sonrisa. 

- Era broma ¿eh?- me explico, ya con su voz normal. En ese momento me di cuenta de que Rubén también estaba a su lado.

- De todos modos, eres menor de edad cómo para servirte alcohol. No me la vas a colar jovencito.- Taylor tenía veinte años y yo ya había cumplido los veintidós hacía tiempo atrás. Aunque él pareciera el mayor y yo la menor.

- Cómo no venías pensamos en venir a verte- comento Rubén.

- ¿Os pongo algo? Aunque no lo sirvamos nunca, también tenemos refrescos.

A través del tiempoWhere stories live. Discover now